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Foto tomada Ruta Colombia |
Armando Rodríguez Jaramillo
En el
evento que organizó la Sociedad de Economistas del Quindío el 14 de marzo en el
Museo del Oro Quimbaya con el propósito de propiciar espacios de reflexión y
diálogo sobre los desafíos y oportunidades para el desarrollo de la región, el ingeniero
Jorge Alberto Serna presentó ante casi un centenar de asistentes la «Visión
Quindío 2050. Repensando el futuro de nuestro territorio». El conferenciante dijo
que ya no somos el departamento «joven, rico y poderoso» que fuimos, por tanto,
es necesario definir una visión de desarrollo que nos lleve a los niveles de
riqueza y bienestar de los años ochenta, afirmación que sustentó con estadísticas
sobre demografía, salud, empleo y producto interno bruto; además de cifras relacionadas
con sectores productivos y ordenamiento territorial, entre otras. Fue un
diagnóstico del Quindío basado en una enorme cantidad de información a la que bien
valdría la pena hacerle un juicioso análisis. Al final, se dio un interesante debate
que dejó al descubierto una gran preocupación por la situación actual del
departamento y la necesidad de identificar futuros plausibles.
Sobre
lo expuesto, creo que estamos ante tres probables escenarios futuros [Medina,
2023[1]] que quiero esbozar. El primero, es el escenario
tendencial inercial, sin giro, que es seguir haciendo lo que hemos venido
haciendo como quien describe un futuro que continua tal y como viene desde el
pasado. Es pensar que el departamento continúa sobreviviendo sin un proyecto
estratégico de desarrollo, enfrentando las crisis que se presenten sin
capacidad de anticipación. Es aspirar, a lo sumo, a una senda de crecimiento
lento sujeto a grandes vulnerabilidades. Es como si se caminara dentro de una
rueda de hámster anclados a paradigmas del pasado situación que tarde o temprano
conduce a un estado de degradación y retroceso.
El
segundo, es el escenario contrastado, con giros sin rumbos claros e
inestables que denotan situaciones volátiles. El departamento queda atrapado entre
viejos y nuevos modelos de desarrollo como si se estuviera interpretando la
canción Un pasito pa' delante, un pasito para atrás. Sería transitar
entre triunfos y fracasos que empeoran la situación, ahondan las frustraciones
y amplían las brechas sociales, económicas y de todo orden pues la región no es
capaz de seguir una senda de desarrollo.
El
tercero, es el escenario deseado, que representa un giro virtuoso que
trae consigo una fuerte transformación estructural hacia un nuevo paradigma de
prosperidad. «Este viraje imprime
un sentido diferente de la política pública, que conduce hacia un nuevo modelo
de desarrollo humano y sostenible, inspirador e innovador, pero realista,
acorde con las necesidades, capacidades y potencialidades de la región [Medina,
2023]». Pero, para que
esto se dé, hay que desarrollar capacidades que no se tienen y prepararnos para
dar un salto largo y alto en desarrollo. Es adquirir nuevas competencias para
contar con instituciones prospectivas, transversales, multisectoriales e
interinstitucionales que tengan la suficiencia e idoneidad para afrontar los cambios
que necesitamos.
De ahí que como sociedad nos enfrentamos a varias
opciones de futuro para escoger: El escenario tendencial inercial, sin
giro, donde nada cambia y el futuro sería
la continuidad de lo que se viene haciendo sin
un proyecto estratégico de desarrollo. El escenario contrastado, sujeto a giros
sin rumbos claros ni consistentes que nos llevan de un lado para otro como si jugáramos
al ensayo y error. Y el escenario
deseado, que representa una fuerte transformación estructural en el marco
de un nuevo paradigma de prosperidad. Sería un cambio de rumbo inspirador e innovador
que nos lleve a una especialización
inteligente del territorio, con liderazgos e instituciones con la capacidad de
asumir las transformaciones y cambios que necesitamos.
Colofón: El futuro dirá cuál de los tres escenarios escogimos.
Nota: Un reconocimiento a la Sociedad de Economistas del Quindío, a su presidenta Adriana María Flórez y demás directivos, por propiciar espacios de diálogo y reflexión sobre el desarrollo de Quindío.
Correo: arjquindio@gmail.com
/ X: @ArmandoQuindio /
Blog: www.quindiopolis.co
[1] Medina Vásquez, Javier. Prospectiva
para un mundo interdependiente. Academia Colombiana de Ciencias Económicas. 2023
5 Comentarios
En cualquier escenario el turismo es un componente importante del futuro del departamento. Prospectivamente deberían estudiarse otros escenarios como el desarrollo digital y la inteligencia artificial, la producción masiva de alimentos y productos agrícolas, la infraestructura para ofertar turismo de vida y tranquilidad para seniors. Son muchos los puntos a tratar e intentar para el futuro nuestro.
ResponderEliminarDe acuerdo con lo que planteas, Cardenio. Es diversificar las actividades productivas hacia otros sectores que nos generen empleo, ingresos y bienestar. Gracias por su comentario.
ResponderEliminarDebemos identificar lo deseable, lo posiblemente alcanzable y lo ideal pero inalcanzable. Un gobierno inteligente contrataría a un grupo de expertos - que realmente existen en nuestra región- que estudie nuestras verdaderas posibilidades, con objetivos y metas alcanzables. A mi juicio, nos deben indicar la ruta a seguir para seguidamente unirnos a ella, cada cual interesado y deseoso de aportarle a un futuro esperanzador a mediano plazo.
ResponderEliminarEn otras palabras, debemos escuchar, seguir y apoyar a nuestros visionarios quindianos. Hoy conocemos algunos y debemos desentrañar otros tantos, hoy olvidados sino desengañados o peor aún, en estampida. Solicitemos la presencia de nuestros visionarios. Forma única para llegar a puerto seguro.
ResponderEliminarEso que usted llama los "visionarios" son fundamentales en las sociedades. Tarde que temprano debemos de tomar la decision de ver futuros deseables y construirlos a través de gobernanzas anticipatorias. Gracias por sus valiosos comentariols
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