Entre avivatos y avispados


Según el diccionario de la RAE avispado hace referencia a una persona viva, lista y sagaz, cualidades inequívocamente positivas que permiten contar con una inteligencia práctica y sortear situaciones difíciles en el diario vivir. Sin embargo, en el argot popular su significado supone una burla de los límites morales y legales que originó una seudocultura representada en la frase aquella de que el «vivo vive del bobo», en la que el papel de este último lo representa la persona que practica la ética, la convivencia y el respeto a las normas de la sociedad y el estado, mientras que al avivato se le reserva el rol de persona astuta que aprovecha las oportunidades sin reato alguno. En la iconografía popular son considerados como personas que actúan en beneficio propio sin reparar a quién esquilman y tumban, sin importar a quién engañan y embaucan.

 

«Algo se desbarajustó en la sociedad al permitir que se entronizara la cultura del avispado o cultura del atajo».


De forma apropiada Juan Luis Mejía Arango exrector de la universidad EAFIT de Medellín, en el artículo Colombia, un país que elogia a los avivatos publicado hace una década en el diario El Tiempo (02-09-2012), describió al avispado como un personaje de la picaresca criolla de la siguiente manera: «El avispado tiene profunda confianza en sí mismo; por tanto, no requiere de preparación, dado que su astucia natural le permite salir triunfante en todas las situaciones. “Solo sé que nada sé”, repetía Sócrates con humildad. “Yo me las sé todas”, farfulla con arrogancia nuestro personaje. El avispado no prevé las situaciones, las resuelve en cada momento gracias a su viveza. Para el avispado, la mejor universidad es la calle y la vida. El avispado no cree en el esfuerzo, pues sabe cómo ganársela de ojo. El avispado no conversa, se come de cuento a la gente. Para el avispado, no hay mayor alegría que sacar ventaja en cada negocio y jactarse con suficiencia: “yo no lo tumbé, él se cayó solo”».

Lo anterior lleva a pensar que algo se desbarajustó en la escala de valores de la sociedad al permitir que se entronizara la cultura del avispado o cultura del atajo como se le conoce, al punto que ello se volvió una aspiración social de muchos sin advertir el entrampamiento que encierra. Es así como, por ejemplo, se dice que el estudiante avispado es aquel que pasa las materias a punta de copialinas y pasteles, práctica por la que se les admira, mientras que a los buenos estudiantes se les trata de nerdos en medio de burlas y matoneos.

  

«El avispado está atento a encontrar un atajo para cumplir su objetivo».

 

El avispado está atento a encontrar un atajo para cumplir su objetivo, siempre tiene una artimaña para evadir cualquier norma social y legal con tal de salirse con la suya, por eso no atiende turnos ni hace filas, no respeta semáforos, parquea donde le plazca y en la vía adelanta de cualquier manera ya sea que conduzca un vehículo, una moto o una bicicleta, para ellos no hay códigos que cumplir y una infracción se soluciona pagando su precio de mercado. Ellos afirman con convicción que están dispuesto a cumplir las normas solo si todos lo hacen, pues él no será el único pendejo que lo haga.

El avispado siempre está pendiente de sacar ventaja en los negocios, de tumbar a su cliente, de vender caro lo barato, de prometer y no cumplir, de esperar el papayazo y aprovecharlo, pero también se cuida de no dar papaya, pues según su propio código «a papaya servida papaya comida». Mejor dicho, es un oportunista que intenta sacar beneficio de cada relación y de cada situación, su triunfo consiste en tumbar al prójimo si se descuida, por esto siempre está al borde de la ilegalidad y de la economía subterránea, pues como truhan al que le gusta el dinero rápido allí encuentra numerosas oportunidades. Cuando posa de empresario evita pagar prestaciones sociales, evade impuestos, engaña a los clientes, no respeta lo pactado, no factura, recurre al contrabando y cosas parecidas.

  

«El avispado capturó la política en beneficio propio e hizo de lo público y lo privado algo difuso, sin fronteras».


El avispado capturó la política en beneficio propio e hizo de lo público y lo privado algo difuso, sin fronteras. Por ello se le ve en elecciones ofreciendo puestos y negociando votos; se le ve cuando adjudica contratos amañados, trafica con influencias y hace favores a cambio de dádivas; se le ve cuando cambia de bando en cada elección para acomodarse bajo el árbol que más sombra dé. Su actuar en la política está emparentado con la corrupción siendo visible a los ojos de todos sin mayor esfuerzo.

Al escribir estas líneas recordé que poco después de asumir la gerencia de Empresas Públicas de Armenia en enero de 1998, llegó a mi oficina una persona que siempre anduvo cerca a los politicastros de la comarca. Luego de un tinto y de felicitarme por el nombramiento, dijo con desparpajo y evidente convicción: «Aproveche el cuarto de hora que la gerencia de la EPA es mejor que un puesto de la DIAN en Buenaventura. De aquí uno sale como un libro… y sin problemas». Tres años más tarde, al culminar mi ciclo en aquella empresa municipal luego del terremoto del 25 de enero de 1999 y el proceso de reconstrucción, de nuevo me encontré con la persona de marras. Yo me apeaba de un bus urbano justo en el andén donde él se hallaba, y al verme expresó: «Vio, se lo dije, pero no me hizo caso». Tal vez si me hubiese bajado de una camioneta 4 x 4 con chofer particular no se hubiera atrevido a decirme aquello, pues ante sus ojos habría pasado por avispado.

 

Armando Rodríguez Jaramillo

Correo: arjquindio@gmail.com   /  Twitter: @ArmandoQuindío

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5 Comentarios

  1. Creo en la Ley de la compensación y he visto a lo largo de mi vida como terminan los llamados "avispados" siempre será mejor pasar por nerd o por dormido como nos llaman a veces a quienes según ellos no aprovechamos el cuarto de hora, porque hay algo verdadero en la vida, los valores y principios no se venden ni se negocian y no hay dinero que pague la tranquilidad y el bienestar familiar... como siempre gracias Armando por tus excelentes reflexiones...

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    1. Gracias por tus opiniones. Son muy valiosas.

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    2. Excelente opinión y muy acelerada reflexión !!

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  2. Excelente columna de opinión y reflexión Dr Armando. Esa maldita cultura y casi de ilegalidad, es la que nos tiene jodidos a todo nivel !!!!

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