El futuro no envía mensajeros

 

Las regiones enfrentan cada vez mayores desafíos que requieren más y mejores capacidades institucionales para superarlos. Es así como en las últimas décadas el Quindío encara retos crecientes en materia de desarrollo y bienestar que debemos solucionar con determinación y responsabilidad histórica.

Cuando me refiero a retos en materia de desarrollo y bienestar pienso en cosas como la pérdida de bosques y zonas de protección ambiental, erosión de suelos, alteración de cuencas hidrográficas y ecosistemas, contaminación hídrica, cambios de usos de suelos agrícolas por urbanizaciones y turismo, ampliación de perímetros urbanos y conurbaciones, manejo de residuos sólidos, flujos migratorios, envejecimiento poblacional, deficientes servicios de salud y educación, relaciones metropolitanas, caos urbano, inseguridad, movilidad congestionada, POT desactualizados, vías secundarias y terciarias en mal estado, pobreza y cinturones de miseria, informalidad laboral y empleo precario, concentración de la riqueza, desequilibrios económicos, corrupción y politiquería, atraso tecnológico, desigualdad y muchas otras cosas que debemos enfrentar porque quienes habitamos la hoya del Quindío hace tiempo nos convertimos en una sociedad compleja.

  

«Los procesos de cambio demandan buenas dosis de creatividad, osadía y entusiasmo».


Hasta hace poco las dificultades se remediaban de forma individual. Todo era susceptible de atención directa porque los problemas eran lineales como lineales eran las soluciones. Pero la sociedad y sus determinantes del desarrollo pasaron de complicadas a complejas, y en los sistemas complejos prevalecen la interacción y la interdependencia de sus componentes con sus efectos multiplicadores positivos y negativos. De ahí que un problema de contaminación de aguas no se soluciona exclusivamente con colectores y plantas de tratamiento (PTAR), ni un inconveniente de salud pública con nuevos hospitales, ni las congestiones vehiculares con construcción de vías, ni los déficit de vivienda ampliando el perímetro urbano, ni las dificultades en educación con aulas nuevas, ni la inseguridad con intervención de policía y ejército, ni la falta de agua con bocatomas. Los problemas complejos requieren de remedios integrales. Las soluciones al desempleo, informalidad, pobreza o desigualdad se deben enfrentar con estrategias de educación, salud, inclusión, creación de empresa, innovación, modelo económico, investigación, transformación digital y cosas relacionadas.

 Lea: El Quindío y su visión de futuro.

Estamos frente a problemas complejos que no pueden ser diseccionados y resueltos por partes, han de ser entendidos y gestionados como un sistema, de lo contrario terminan en el caos y desorden que estamos viviendo. Pero esto requiere de enfoques renovados y trabajo colaborativo. Esto demanda instituciones en la que confluyan la ciudadanía y los sectores público y privado. Esto precisa un concepto del interés público que supere la mirada incompleta de los gobiernos locales. Esto invita a una conciencia plena del momento histórico global que se vive y de la distancia que nos separa de regiones avanzadas y de los paradigmas de la Cuarta Revolución Industrial.

En consecuencia, creo que al Quindío le vendría bien una institucionalidad que asumiera el rol de estructurar factores habilitantes para el desarrollo. Una institucionalidad con un centro de pensamiento, una agencia de desarrollo y una escuela de liderazgo, organizaciones que cuando funcionan en un territorio producen significativos beneficios y enormes réditos sociales, económicos y políticos.

  

«Al Quindío le vendría bien una institucionalidad que asumiera el rol de estructurar factores habilitantes para el desarrollo»


Sería disponer de un centro de pensamiento que se dedicara a analizar y sintetizar la realidad que tenemos, a evaluar las oportunidades, a comprender nuestro potencial y a mirar futuros factibles y deseables. Un centro de pensamiento independiente, sin ideologías, que facilitara el diálogo de saberes, que se convirtiera en un lugar de reflexión activa y creativa dotado de pensamiento global y crítico, que se atreviera a plantear hipótesis como un acto creativo de inspiración, invención e intuición, que visualizara cambios impulsados por la imaginación para resolver problemas que hace rato pasaron a ser estructurales.

Sería tener una agencia de desarrollo que actuara como un instrumento de planificación con metas de mediano y largo plazo, que trabajara de forma articulada con los gobiernos locales, pero con un razonable grado de autonomía, que impulsara el desarrollo local mediante acciones colaborativas o multilaterales y que formulara programas y proyectos con metas y objetivos. En suma, una agencia de desarrollo que materializara la visión de territorio aportada por el centro de pensamiento.  

Y sería contar con una escuela de liderazgo que asumiera la misión de formar y entrenar los líderes del futuro fortaleciendo sus competencias blandas. Que empoderara y capacitara ciudadanos de diferentes disciplinas que orientaran procesos de cambio basados en la ética, la prevalencia del interés público y la consecución del bienestar. Que formara liderazgos públicos, privados y cívicos con mentalidad innovadora y consciencia del momento histórico en que vivimos, con capacidad de trabajo colaborativo y visión de largo plazo. Sería una escuela para los futuros líderes del departamento.

  

«Tengamos presente que el futuro no envía mensajeros y que todo lo que suceda mañana en buena parte será el resultado de las decisiones y la creatividad de hoy»

 

En definitiva, lo que propongo es una institucionalidad que se encargue de crear factores habilitantes para el desarrollo con un centro de pensamiento que oriente al departamento hacia el progreso, bienestar y dinámica productiva, una agencia de desarrollo que formule y gestione programas y proyectos enfocados en la visión del centro de pensamiento, y una escuela de liderazgo que forme los líderes para superar el subdesarrollo y conducir al Quindío por senderos de cambio y progreso.

Tengamos presente que el futuro no envía mensajeros y que todo lo que suceda mañana en buena parte será el resultado de las decisiones y la creatividad de hoy. Los procesos de cambio demandan buenas dosis de creatividad, osadía y entusiasmo.

 

 Armando Rodríguez Jaramillo

Correo: arjquindio@gmail.com   /   Twitter: @ArmandoQuindio

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4 Comentarios

  1. Las preguntas que me llegan con tan interesante artículo son: ¿Cómo y quién financiaría un centro de pensamiento para garantizar su continuidad e independencia?, ¿Cómo lograr que tenga influencia, y que no se convierta en un grupo de lobby político?, ¿Cómo y quién elige el perfil de los miembros de este centro de pensamiento para que sean quiene realmente pueden aportar, sin ser recomendados políticos o "seudo-intelectuales"?, ¿cómo se distribuyen los costos?, ¿cuál debería ser la producción y como se émpodera a la sociedad con sus productos?,..

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  2. Un Centro Dedesarrollo Social y Escuela de Liderazgo, nacido de las entrañas del sector privado, desde los diferentes sectores económicos que tienen asiento en nuestro departamento y se ven afectados positiva o negativamente por las decisiones politiqueras de turno que ellos mismos financian con sus multimillonarios aportes, sectores económicos que les debería doler la situación caótica del departamento del Quindío, aquí comienza un liderazgo social y constructivo, que bueno que pudiera ser realidad con objetivos claros de revivir la cultura ciudadana y el pensamiento colectivo de bienestar social...

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  3. Gracias Carlos Eduar por sus opiniones

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