La clave está en la aproximación tecnológica.

 

«Esto es factible de lograr mediante un programa de actualización tecnológica que facilite el tránsito de la tecnología de anteayer a la de ayer y de la de ayer a la de hoy»


Es usual, al hablar de innovación, imaginar algo complicado y complejo, algo emparentado con patentes y propiedades intelectuales, en pocas palabras, algo relacionado con centros de investigación, doctores y procesos engorrosos al alcance de pocos. Si bien la innovación se identifica con todo esto, también abarca otras facetas.

La más reciente entrega del Índice Departamental de Innovación para Colombia (IDIC-2021), elaborado por el Departamento Nacional de Planeación y el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología, muestra que Quindío perdió 0,83 puntos con respecto a 2020 al sacar 41,85 sobre cien, puntaje que lo sitúa en la octava posición y lo ubica como un departamentos de nivel de desempeño medio-alto en la clasificación liderada por Bogotá – Cundinamarca y Antioquia, y en la que Risaralda y Caldas ocupan los puestos quinto y séptimo respectivamente.

Pero como las cifras adormecen las emociones, es conveniente recordar que la innovación es un elemento clave que no solo contribuye al aumento de la competitividad de las economías, sino también al desarrollo, al bienestar y la calidad de vida de la población. En consecuencia, no se limita únicamente a las capacidades de las organizaciones y las empresas, también se relaciona con aspectos sociales o de bienestar al involucrar múltiples actores, desde los hacedores de políticas, las instituciones académicas, el sector productivo y, por supuesto, la sociedad en general que al final es la receptora de los beneficios.

El economista austro-estadounidense Joseph Alois Schumpeter (1883-1950) describió la innovación como el proceso que tiene lugar en una economía de mercado en el que los nuevos productos destruyen viejas empresas y modelos de negocios y puestos de trabajo para crear nuevas empresas y modelos de negocios y puestos de trabajo. ¿O acaso eso no fue lo que sucedió con la industria de las máquinas de escribir una vez llegaron los computadores personales o con la de la fotografía en papel que fue reemplazada por la digital o con la de los teléfonos de disco cuando fueron sustituidos por los celulares convencionales que luego sucumbieron ante los celulares inteligentes?

  

«Por un lado, se hallan las que están cerca de la frontera tecnológica de su sector. Por otro lado, se encuentran las que están lejos de la frontera tecnológica,»

 

Sin embargo, innovaciones disruptivas como estas requieren de grandes capacidades y de procesos de I+D. En el libro El poder de la destrucción creativa ¿Qué impulsa el crecimiento económico? (Ariel. Editorial Planeta, 2021), Philippe Aghion, Céline Antonin y Simon Bunel señalan que hay dos tipos de empresas y ambas reaccionan de forma diferente a la competencia. Por un lado, se hallan las que están cerca de la frontera tecnológica de su sector, lo que significa que su productividad está próxima al nivel máximo del sector. Por otro lado, se encuentran las que están lejos de la frontera tecnológica, con una productividad muy por debajo de la productividad máxima del sector. Las empresas cercanas de la frontera tecnológica, aquellas conocidas como empresas punteras, innovan más y tienen mayor capacidad para hacerlo, mientras que para las que están lejos de la frontera tecnológica los procesos de innovación son más limitados o están ausentes.

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Es por ello por lo que, de acuerdo con su nivel de sofisticación, las empresas deben optar por la innovación de frontera (esto es, innovar por sí mismas) o por la aproximación tecnológica. La primera es propia de países avanzados donde la mayoría de las organizaciones están alrededor de la frontera tecnológica porque usan tecnologías modernas, cuentan con políticas de apoyo y disponen de capacidades, talento humano y recursos para emprender innovaciones disruptivas. La segunda se da en los países menos avanzados donde la mayoría de las empresas se encuentran alejadas de la frontera tecnológica, por lo que bien se podría promover la transferencia de tecnológica proveniente de países avanzados antes de enfocarse en procesos de innovación de frontera, a esto se le conoce como palanca de crecimiento por imitación.

De ahí que el acercamiento o aproximación tecnológica consiste en entender y transferir  conocimientos y técnicas de países y empresas punteras. Es imitar lo que ya está probado y que funciona en otras partes. Es importar competencias, experiencias y prácticas para trasladar una mayor especialización a las empresas locales antes de enfrentar procesos de innovación de frontera. Algo parecido hicieron Japón y Corea del Sur, y lo hace China actualmente, países que de esta forma ganaron mayores tasas de crecimiento económico para aproximarse a los países desarrollados y competir con ellos.


  «Buena parte de nuestras empresas funcionan con modelos de negocios y tecnologías que acusan obsolescencia»

 

Para nadie es un secreto que buena parte de nuestras empresas funcionan con modelos de negocios y tecnologías que acusan obsolescencia y que son susceptibles de ser intervenidas mediante actividades de aproximación tecnológica en el marco de una agenda de competitividad de mediano plazo. Esto es factible de lograr mediante un programa de actualización con centros de transferencia tecnológica que faciliten el tránsito de la tecnología de anteayer a la de ayer y de la de ayer a la de hoy, acciones que sin duda estimularían altas tasas de crecimiento en el corto plazo. Y luego de alcanzar esta meta, pasar a una segunda fase donde los conocimientos y tecnologías aprendidas se pongan al servicio de la innovación de frontera con el fin de avanzar por los senderos de la Cuarta Revolución Industrial antes que venga una próxima ola que nos deje más rezagados aún.

  

Armando Rodríguez Jaramillo

arjquindio@gmail.com   /   @ArmandoQuindio 


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2 Comentarios

  1. Muy buen análisis Doctor Armando, respecto a este elemento, para muchos inalcanzable pero para otros sólo la voluntad y el esfuerzo de transferir lo ya probado por las sociedades, más avanzadas hacia quienes aún estamos, rezagados en la obsolescencia, el modelo de centro de desarrollo productivo es sin duda alguna la herramienta más próxima para, que este departamento mejore en la aplicación de innovación y sofisticacion para cada u o de sus, sectores productivos prioritarios y promisorios,
    Y que se encuentran contemplados en el Plan Regional de Competitividad. Gran aporte para la comunidad empresarial Doctor Armando.

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    1. Gracias Carlos Eduar por tu comentario y reflexión. De acuerdo.

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