Reflexiones sobre el desarrollo económico territorial del Quindío


Armando Rodríguez Jaramillo.

28 de diciembre de 2021

@ArmandoQuindio

 

INTRODUCCIÓN.

El siguiente ensayo esboza en términos generales el estado del arte del desarrollo económico territorial (DET) del Quindío y plantea algunas reflexiones sobre el presente y futuro inmediato del departamento.

 

EL ESTADO DEL ARTE.

La gestión de la competitividad y la innovación.

Una visión general sobre la gestión de la competitividad y la innovación en el Quindío se encuentran en el índice Departamental de Competitividad (IDC) y el Índice Departamental de Innovación para Colombia (IDIC).

El índice Departamental de Competitividad (IDC) 2020 - 2021, elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario, constituye una valiosa herramienta para entender la gestión de la competitividad y el desempeño del sector público y privado en esta materia. Esta información dice que el Quindío ocupó el décimo puesto con un puntaje de 5,64 sobre diez por debajo de Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca que se situaron en los tres primeros lugares, y también de Risaralda y Caldas que fueron quinto y séptimo respectivamente. Como la competitividad se refleja mejor en el puntaje que en el puesto, los trece pilares del índice presentan los siguientes resultados para el departamento:

Figura No 1: Resultados del IDC 2020-2021 para el departamento del Quindío (Fuente: IDIC 2020 – 2021)


Cabe añadir que si bien el departamento se encuentra entre los diez primeros lugares, el puntaje de 5,64 lo ubica en una posición comprometida. Con base en este puntaje se hace la siguiente agrupación:

  • Siete pilares que representan el 54% tiene puntajes inferiores a 5,64: (Mercado laboral (4,2), Sistema financiero (4,8), Sofisticación y diversificación (5,0), Tamaño del mercado (5,1), Sostenibilidad ambiental (5,2), Adopción TIC (5,3), infraestructura (5,6).
  • Seis pilares que representan el 46% tienen puntajes superiores a 5,64: (Instituciones (5,7), Innovación y dinámica empresarial (6.1), Salud (6,3), Educación superior y formación para el trabajo (6,3), Educación básica y media (6,7) y Entorno para los negocios (6,9). 

En cuanto al Índice Departamental de Innovación para Colombia (IDIC) 2020, elaborado por el Departamento Nacional de Planeación y el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología, el Quindío ocupó el puesto ocho con un puntaje de 40 sobre cien que lo ubica por detrás de Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca que son los tres primero, y por debajo de Risaralda y Caldas. A igual que con la competitividad, el nivel de innovación del departamento se comprende mejor a través del puntaje que del puesto, por lo que los resultados del IDIC 2020 para el Quindío son los siguientes.

Figura No 2: Resultados del IDIC 2020 para el departamento del Quindío (Fuente: IDIC 2020).


Se observa entonces que si bien el departamento se encuentra entre los siete primeros lugares, su puntaje de 40 sobre cien lo pone por debajo de la mitad de la tabla. Con base en este puntaje se hace la siguiente agrupación:

  • Cuatro pilares que representan el 57% tienen puntajes inferiores a 40,03: (Infraestructura (38,63), Sofisticación de negocios (32,19), Producción de conocimiento y tecnología (33,24) y Producción creativa (30,92).
  • Tres pilares que representan el 43% tienen puntajes superiores a 40,03: (Sofisticación de mercados (41,36), Capital humano e investigación (57,02) e Instituciones (70,71).

 

Producto interno bruto.

Los indicadores de competitividad e innovación se deben mirar a la luz de información adicional que señala que el PIB del Quindío es de 8,595 (miles de millones COP – 2019) que corresponde a una participación en el PIB nacional (2020) de 0,83%. Así mismo, el PIB per cápita fue de $15.688.898  y el PIB por trabajador de $33.715.555, cifra esta última que está relaciona con la productividad laboral y que ubica al PIB por trabajador en el Quindío por debajo de los PIB por trabajador de Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca en 92%, 48% y 32% respectivamente. En cuanto a los sectores que presentaron mayor participación en el PIB (2020) fueron: Administración pública, Comercio y hoteles, industria manufacturera, actividades inmobiliarias y actividades científicas y técnicas.

 

Estructura y dinámica empresarial.

De acuerdo a la Encuesta Anual Manufacturera (2020) que elabora el DANE, la estructura industrial se concentró fundamentalmente en la elaboración de productos de café (36,4%), elaboración de productos alimenticios (33,3%) y otras industrias manufactureras (22,2%), seguido de fabricación de muebles, curtido y recurtido de cueros, fabricación de productos de plásticos y otros productos de metal, actividades industriales que representaron el 100% de la producción total y el 100% del valor agregado total del departamento.

En relación con la estructura agrícola[1], el plátano registra la mayor área sembrada con 26.673 Ha (2020), seguido de café que redujo su área cultivada a 19.646 Ha. Le siguen importantes cultivos de frutas donde sobresalen: aguacate (8.151 Ha), cítricos (7.864 Ha.) Banano (4.027 Ha) y piña (1.187 Ha.), cultivos que vienen creciendo en los últimos años y que muestran la relevancia que tiene la producción de frutas y el alto potencial agroindustrial del departamento para atender mercados nacionales y de exportación aprovechando su ubicación geoestratégica y conectividad con los principales centros urbanos del país y el puerto de Buenaventura. En cuanto al total de área sembrada en pasto, esta fue de 58.097 Ha., donde el 68% se encuentra en pradera tradicional.

Un sector importante del departamento en las últimas tres décadas es el turismo, en especial los segmentos de negocios del turismo rural representado en alojamientos rurales y parques temáticos, y complementado con turismo de naturaleza y deportes extremos, así como con visitas a municipios y sitios de interés paisajístico. Las cifras del DANE y la Aerocivil[2] muestran que en 2020, a causa de la pandemia, se presentaron disminuciones del 67,1% en visitantes extranjeros no residentes, de 63,8% en pasajeros aéreos nacionales y de 69% en pasajeros aéreos internacionales.

En cuanto a la dinámica empresarial en el Quindío[3] (2021), el número total de empresas con registro mercantil fue de 19.006, de las cuales el 97,27% eran microempresas, 2,06% pequeña empresa, 0,56% mediana empresa y 0,11% gran empresa, cifras que muestran la gran participación de las microempresas que a su vez acumulaban el 30% del valor de los activos, lo que podría sugerir cierta debilidad empresarial. Es importante señalar que este comportamiento es similar al que se presenta a nivel nacional.

De otra parte, el tejido empresarial está conformado por un 83,6% de empresas bajo la figura de persona natural y 16,4% como personas jurídicas. En cuanto a la ubicación de las empresas por municipio, el 62,6% se ubicaban en Armenia, seguida por Calarcá (10%), Montenegro (5,9%), La Tebaida (5%) y Quimbaya (5%), que en su conjunto concentraron el 88.5% del tejido empresarial. El 11,5% de empresas se encontraban en los restantes siete municipios.

Un aspecto fundamental que merece especial atención es la supervivencia de las empresas, para lo cual el informe de la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío estima un horizonte de seis años por considerar éste un tiempo prudencial para que una empresa entre en su fase de maduración y se consolide en el mercado. En consecuencia, de las 3.804 empresas matriculadas en 2014, el 61% sobrevivieron al primer año y el 49% al segundo. De estas, al 2020, sobrevivieron 21% de las empresas creadas en 2014, lo que indica que en promedio una de cada cinco empresas logra llegar al sexto año de vida.


Comercio exterior.

En cuanto a la participación en comercio exterior[4], las exportaciones del Quindío alcanzaron en 2020 una cifra superior a US$271.205 (cifras en miles de dólares) lo que representó una disminución de 2,7% con respecto a 2019 y una participación respecto a las exportaciones totales del país de 0,86%. En cuanto a lo exportado, el 96,5% corresponde a productos agrícolas y el resto a productos del sector agroindustrial y manufacturero, cifras que muestran la alta dependencia que tiene el departamento de las exportaciones de café (90,3%) y de productos agrícolas como piña, cítricos y frutas preparadas. Los cinco principales destinos de exportación fueron los Estados Unidos, Alemania, Canadá, Bélgica y Japón que en conjunto concentraron el 67,2% de ellas.

Con respecto a las importaciones, estas alcanzaron en 2020 US$73.969 (cifras en miles de dólares) lo que representó una disminución de 2,5% con respecto a 2019 con una participación a las importaciones totales del país del 0.16%. Las principales importaciones fueron habas de soya, maíz, café, polímeros de etileno y ácidos monocarboxílicos, siendo los principales cinco orígenes los Estados Unidos, China, Brasil, Argentina y México, que en conjunto concentraron el 77% de las importaciones.

Aunque la balanza comercial es positiva y se presenta un superávit comercial; sin embargo, es evidente que la canasta exportadora está poco diversificada y se concentra particularmente en café. Así mismo, la sofisticación de las exportaciones también es reducida. Por último, en términos de PIB, las exportaciones per cápita (2020) fueron US$466,3 mientras que las importaciones per cápita para el mismo año se situaron en US$127,2[5].


Iniciativas clúster.

En este escenario empresarial y de competitividad es necesario señalar que en el departamento las instituciones que hacen parte de la Comisión Regional de Competitividad e Innovación vienen trabajando en impulsar y consolidar iniciativas clúster con el objeto de mejorar el entorno para los negocios y fortalecer la competitividad de las empresas a través de la formulación de estrategias competitivas, la identificación de áreas de mejora y la formulación de planes de acción, esto con el propósito de que las cadenas de valor con mayor potencial se articulen a los mercados nacionales más dinámicos y a cadenas globales de valor. En consecuencia, se gestionan iniciativas clúster en: turismo de experiencias, cafés especiales, cueros de alta gama, muebles de vanguardia, construcción, TIC y salud y bienestar, además de otras iniciativas en incubación como agroindustria.

 

REFLEXIONES GENERALES.

 

1-   El estado del arte del desarrollo económico territorial (DET) del Quindío sugiere la necesidad de una evaluación profunda por los gobiernos locales, universidades, gremios económicos, Comisión Regional de Competitividad Innovación y líderes y empresarios de iniciativas clúster que lleve a identificar brechas en competitividad e innovación y oportunidades para avanzar.

 

2-   Competitividad, productividad e innovación deberían estar en el ADN de nuestras organizaciones. La competitividad tiene que ver con la capacidad de articular, de trabajar de forma colaborativa, de avanzar hacia la sociedad del conocimiento y la economía del conocimiento. Para esto hay que trabajar desde la institucionalidad en dos frentes: (a) Promover el desarrollo económico y social con políticas públicas de corto y mediano plazo dotadas de programas y proyectos, recursos económicos y talento humano de calidad; (b) Fortalecer la competitividad de las empresas a través de iniciativas clúster y cadenas de alto valor articuladas a flujos nacionales y globales de negocios. Esto tendría un impacto significativo en el desarrollo local, en la generación de empleo estable y de calidad, en el aumento del ingreso, en la creación de empresa y atracción de inversión, en el incremento de las exportaciones, en la generación de riqueza, en la sostenibilidad ambiental, pero, ante todo, traería progreso y mejoraría el bienestar y la calidad de vida en el departamento.   

 

3-   Para dinamizar la economía y adaptarnos a las nuevas realidades es necesario reconocer que debemos avanzar hacia una etapa de crecimiento basada en aumentos significativos en productividad y competitividad, en la solución de problemas estructurales y en la inclusión de nuestra región a la Cuarta Revolución Industrial.

 

4-   Los información aportada por el Índice Departamental de Competitividad y el Índice Departamental de Innovación para Colombia, así como el informe sobre dinámica empresarial de la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío, son insumos clave para construir políticas públicas basadas en evidencias y para diseñar una agenda de desarrollo e inteligencia territorial que muestre el camino a recorrer y los cambios por realizar, esto en el marco de acuerdos y consensos para repotenciar nuestros sistemas productivos rurales y urbanos con el fin de lograr niveles sostenibles y ambiciosos con altas tasas de crecimiento y mayores estándares de bienestar y calidad de vida, esto significaría aprovechar la competitividad y la innovación como  un instrumento de progreso, de inclusión social, de distribución del ingreso y de realización de proyectos de vida y de buen vivir.

 

5-   El rumbo del departamento es posible reorientarlo a través de un potente ejercicio de prospectiva que ponga en el centro el desarrollo económico territorial  y el bienestar y calidad de vida de la población. Hay que diseñar estrategias ganadoras basadas en el conocimiento y la innovación con el propósito de apoyar nuestros clústeres, fortalecer nuestras empresas, aprovechar nuestro talento humano, poner las instituciones públicas y privadas  al servicio de la producción de bienes y servicios de alto valor agregado y articular la academia con el sector productivo y la sociedad.

 



[1] Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. Evaluaciones Agropecuarias Municipales – EVAS 2020.

[2] Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Perfil económico del departamento del Quindío. Octubre de 2021

[3] Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío. Dinámica Empresarial en el Quindío 2020 – 2021. Primer trimestre.

[4] Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Perfil económico del departamento del Quindío. Octubre de 2021

[5] Consejo Privado de Competitividad y Universidad del Rosario. Índice Departamental de Competitividad 2020 - 2021

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