Artículo publicado en la revista Dimensión Económica (Pereira - Risaralda) en su edición N° 23 octubre - noviembre - diciembre de 2018
El café ha sido
y será un asunto primordial en Colombia y el Eje Cafetero. La historia de
Caldas, Quindío y Risaralda no se puede contar sin mencionar al grano que nos dio
identidad y generó el desarrollo y bienestar que hizo que la UNESCO reconociera
al Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio de la Humanidad.
Sin embargo, la caficultura tradicional se volvió incierta
luego de la disolución del Pacto Internacional de Café (1989) que establecía cuotas
de producción para los países cultivadores manteniendo controlada la oferta
mundial con precios razonables del grano. Hoy
el producto se transa en el mercado de los commodities o materias primas
indiferenciadas, negocio en el que se compite con grandes volúmenes y bajos
precios sin que la calidad sea el factor
determinante en un mercado en el que siempre hay reservado un lugar para
aquellos que producen a bajos costos.
Según
previsiones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, en 2018/19 las
cosechas de Brasil y Vietnam dispararán la producción mundial de café a 171,2
millones de sacos de 60 kilos frente a un consumo global que se espera marque
163,2 millones de sacos, estimación que prevé que la oferta exceda a la demanda
en 8 millones de sacos, lo que por obvias razones afectará las cotizaciones del
producto.
Enfrentamos entonces
un desafío de grandes proporciones en
razón a que los cultivos de ladera son de difícil mecanización y demandan gran
cantidad de mano de obra, hechos que afectan la productividad. Según informes presentados
en el 85 Congreso Nacional Cafetero (2017), pese a que en los últimos años la
productividad nacional se incrementó en 32% hasta alcanzar 18,7 sacos/ha, esta continúa por debajo de los principales países
productores.
Así que debemos
decidir si continuamos produciendo café básico para competir en mercados saturados
a precio de bolsa o nos esforzamos por ser excelentes
en la producción de cafés especiales y diferenciados que son apreciados por su calidad, perfil de taza, preparación y servicio.
Una forma de
responder a este reto han sido las Rutas
Competitivas promovidas por el Ministerio de Comercio, Industria y Comercio
e INNpulsa Colombia a través de las cámaras de comercio. En departamentos como Antioquia,
Magdalena, Nariño, Santander, Tolima y Quindío estas iniciativas han sirvieron
para identificar nuevas
tendencias de consumo de café, conocer la cadena de valor, seleccionar
segmentos de negocio rentables y diseñar planes de acción, elementos esenciales para comprender en qué negocios se debía competir
y con qué estrategias hacerlo de acuerdo con las capacidades de los empresarios
de cada región.
Actualmente se
avanza hacia la organización de clústeres de cafés especiales a manera de espacios
de diálogo y concertación entre gobiernos, gremios, academia y empresarios que
participan en el cultivo,
beneficio, trillado, tostado, empaque, comercialización, logística,
distribución y tiendas especializadas con el propósito de fortalecer la competitividad empresarial,
mejorar la calidad, sofisticar la producción, generar valor agregado, formar
talento humano especializado, diseñar nuevos modelos de negocios, apropiar la
innovación, incursionar en mercados sofisticados nacionales y globales,
impulsar el emprendimiento, generar empleos de calidad, incrementar el ingreso
y aumentar el bienestar social.
De ahí que las
iniciativas clúster sean una excelente respuesta a los bajos precios y poca rentabilidad
de los cafés básicos porque aportan un
mayor entendimiento del negocio con nuevos conocimientos en cultivo, beneficio,
tostación, cata y barismo, al tiempo que proponen diferentes modelos de
negocios, disímiles presentaciones de productos y diversificación de mercados.
A lo que se suma un valor agregado relevante en regiones como el Eje Cafetero al
integrar negocios de cafés especiales y turismo
de experiencias para atraer turistas deseosos de recorrer la tierra del
café, experimentar su cultura y conocer cómo se produce y se prepara esta
espectacular bebida.
Por sus bondades esta
estrategia competitiva empieza a ser reconocida tal como sucedió en el tercer
congreso nacional de iniciativas clúster, INNclúster 2018, realizado en
Bucaramanga los días 19 y 20 de septiembre, donde se premió al Clúster de Cafés Especiales del Quindío como
el Mejor Clúster de Colombia en la Categoría de Consolidación.
Armando Rodríguez
Jaramillo
@arj_opina / @naocluster
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