El Conpes 3872 denominado
Sistema de transporte público de pasajeros para la ciudad de Armenia, publicado
el 16 de marzo de 2009, puso a pensar a los armenios con la modernización de su
ciudad al enunciar un plan de obras que incluía la renovación y construcción de andenes en el centro, calle 21 al occidente
y calle 50, senderos que enhorabuena fueron diseñados y construidos como espacios públicos incluyentes pensando
en los invidentes, discapacitados y madres con niños de coche.
Esto dotó a Armenia de andenes táctiles, me refiero a las baldosas direccionales de color
gris oscuro que forman una franja entre las fachadas y el sardinel, y que sirven
para que los invidentes caminen en línea recta por el centro de la acera de forma
segura, sin desvíos, hasta las esquinas donde están las rampas dotadas de baldosas de advertencia, de color gris
oscuro, con puntos protuberantes que sirven para alertar al invidente de algún
tipo de peligro como el borde de un andén, presencia de escaleras o cruce de
calle por una cebra. Estos planos inclinados a su vez sirven a los que necesitan
cruzar la calzada en sillas de ruedas y con coches de niños.
Pero luego de este gran avance de
ciudad es desconcertante ver la indolencia y falta de civismo que nos aqueja,
así como el limitado ejercicio de la autoridad. Parece que no es suficiente con
tener que soportar in sécula seculórum la invasión de aceras
por vendedores ambulantes y estacionarios, sino que ahora hay que aguantar que obstruyan las baldosas direccionales y las rampas
en las esquinas, inaceptable conducta que se suma a la de los conductores que estacionan sus vehículos frente
a estas rampas, hechos que obligan a invidentes y discapacitados a transitar
por verdaderos senderos con obstáculos. Y pensar que esto ocurre todos los días
en las narices de las autoridades sin
que haya reacción concluyente para poner orden.
Y como si fuera poco, no hay una sola
cuadra en el centro, con andenes construidos por la empresa Amable, en las que una buena parte de las baldosas
direccionales y de advertencia no hayan sido levantadas por la EDEQ y EPA para
la construcción de cajas y colocación de tapas de redes subterráneas y
medidores. Entonces, ¿qué sentido tuvo haber dotado a la ciudad de andenes
táctiles para ciegos y discapacitados si luego, de forma incomprensible, las empresas
de servicios públicos domiciliarios destruyen lo que se hizo con intervenciones
que nos retroceden a los andenes convencionales?
Un gran servicio se le prestaría a la
ciudad si se ejerciera de forma efectiva el desalojo de todo el que ocupe con ventas ambulantes las baldosas
direccionales y de advertencia que son necesarias para las personas con
movilidad limitada, si se multa sin
consideración a los que estacionan vehículos taponando las rampas en las
esquinas, si se ordena a las empresas de servicios públicos resarcir los daños causados sobre los
andenes incluyentes que con mucho esfuerzo se construyeron y si se pintan estas baldosas con color amarillo
como está estandarizado en ciudades japonesas.
Armando Rodríguez Jaramillo
2 Comentarios
Saludos
ResponderBorrarDon Armando.
Los andenes táctiles son esas estructuras urbanas incluyentes, sin embargo el público no está bien informado del asunto, lo cual se hace necesario, casi urgente, que el municipio por medio de una campaña enseñe a la sociedad a hacer buen uso de esos espacios.
Muy interesante la nota.
Abrazos.
Así es Diego, nunca se hizo un proceso de pedagogía ciudadana
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