¿Crecerá la economía del Quindío?

Armando Rodríguez Jaramillo (Armenia - Quindío)

El informe entregado por el DANE sobre el Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre del año muestra que la economía nacional creció 2,8%, cifra significativamente por debajo del 6,4%   obtenido en igual periodo de 2014.

Esta desaceleración de la economía es preocupante a pesar del optimismo expresado por altos funcionarios del gobierno que consideran que 2,8% es un buen crecimiento frente a la caída de los precios del petróleo y al mal momento de las economías del continente, lo que equivale a decir que “mal de muchos, consuelo de tontos”.

Pero si esto pasa en el ámbito nacional, ¿qué podría estar pasando con la economía local? Hay que tener presente que primero se publica el consolidado de la nación y luego el desagregado por departamentos, así que el último boletín del DANE con el PIB del Quindío, que fue en 2013, trajo un discreto crecimiento de 1,3%, cifra que tan sólo le alcanzó para ocupar el puesto 29 entre 32 departamentos y Bogotá. Ese mismo año se reportó para Colombia un crecimiento de 4,9%, dato que en 2014 descendió a 4,6%.

En consecuencia, a juzgar por la crítica situación por la que sigue atravesando el café, pilar fundamental de la economía, y por la tasa de 13,5% de desempleo en el Quindío en 2014 y de 17,1% en Armenia en mayo pasado, porcentajes que los ubica primeros en desempleo entre los departamentos y las ciudades capitales, el panorama es poco alentador.

Como hubo una limitada capacidad de respuesta de los gobiernos locales en los últimos años para enfrentar el problema del desempleo y teniendo en cuenta que su economía se centra en el sector servicios y los negocios agrícolas, con escasa manufactura y agroindustria, es de esperar, sin pecar de agorero y con poca probabilidad de equivocarme, que las cifras del PIB del Quindío para el presente año podrían deparar ingratas sorpresas, pues teniendo como espejo la situación de la economía nacional, hay pocas razones para ser optimistas con la del Quindío.

Pero la situación se torna más grave aún si se considera que el PIB departamental se publica aproximadamente con un año y medio de retraso, por lo que cuando el DANE lo revela, lo que está mostrando es una foto del pasado, un hecho cumplido, sobre el que tendrán que decidir los próximos gobernantes para aplicar los correctivos que hemos venido aplazando.

Así que de no actuar de forma decidida, primero, para fortalecer a los empresarios existentes de tal forma que no se cierre ni se vaya del departamento una sola unidad productiva, segundo, atrayendo inversión y nuevas empresas, se estará ante el riesgo de seguir padeciendo los efectos de una economía con muchas debilidades, amén de un evidente desempleo y subempleo que podrían aumentar las brechas sociales y económicas que padece la región.

      

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