Las Rutas del Paisaje
Cultural Cafetero tienen identidad propia porque huelen y saben a café.
El inicio
Las Rutas del PCC se
originaron hace cuatro años cuando la Cámara de Comercio de Armenia y del
Quindío y la Gobernación presentaron un proyecto al BID y Fomin para diseñar y ejecutar
la “Ruta del Café para el desarrollo del
Quindío” con el fin de que el visitante interactuara con la cultura del
café, alma y nervio de los quindianos. De forma coincidente la Cámara de
Comercio también emprendía en 2011 la Iniciativa
Tumbaga de Refuerzo a la Competitividad orientada al fortaleciendo de la
competitividad de las empresas del turismo experiencial, iniciativa que dos
años más tarde se convirtió en la Ruta
Competitiva Tumbaga.
Ese mismo año, la UNESCO,
al declarar el Paisaje Cultural Cafetero
como Patrimonio de la Humanidad, creó, sin proponérselo, las condiciones que
facilitarían el desarrollo de la Ruta del Café que adoptó el concepto de turismo de experiencial propuesto por Tumbaga.
La articulación.
Entonces vinieron
muchas cosas importantes: capacitaciones, asesorías empresariales, plataforma
web o ventana única, certificaciones, formación en innovación, conversatorios y
muchas otras que ayudaron a transformar el proyecto en las Rutas del Paisaje Cultural Cafetero, el cual, poco a poco, fue adquiriendo cobertura regional gracias a la
conjunción de entidades como el BID, Ministerio de Comercio, Industria y
Turismo, Procolombia, Fontur, Federación Nacional de Cafeteros, gobernaciones y
cámaras de comercio de Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca, gremios
del turismo y empresarios.
El reconocimiento.
Este gran esfuerzo regional
no tardó en ser reconocido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) al convertirse
en primer finalista del Premio Ulises
en la categoría de Innovación en las Empresas, en acto celebrado en la Feria
Internacional de Turismo (FITUR) el 28 de enero de 2015 en Madrid.
La apropiación y sentido de
pertenencia.
Pero más que todos
estos logros, la ganancia más relevante se centra en dos aspectos: primero, en la
integración regional de los
departamentos del Eje Cafetero y Valle del Cauca alrededor del turismo,
segundo, en la apropiación colectiva
que se ha dado del Paisaje Cultural Cafetero creando un gran sentido de
pertenencia y una sensación de orgullo y satisfacción por hacer parte de la
cultura del café.
En consecuencia, no
cabe duda que el turismo experiencial puso
su impronta con modelos de negocios innovadores a través de las Rutas del
Paisaje Cultural Cafetero, lo que permitió hallar un nuevo significado de
patrimonio y cultura que refuerza la identidad y redefine el futuro regional.
Esto ha traído consigo una buena dosis de optimismo y complacencia que ha
permitido que los habitantes locales le ofrezcan a Colombia y al mundo la
experiencia maravillosa de conocer y recorrer el PCC.
En definitiva, venir
a departamentos como el Quindío, enmarcado en el PCC, es una experiencia única
e irrepetible que hay que vivir y disfrutar.
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