Aeropuerto Internacional El Edén de Armenia |
Armando Rodríguez Jaramillo (Armenia - Quindío)
Lo que ha sucedido con la intención del gobierno
nacional de entregar en concesión el aeropuerto internacional El Edén parece una novela de desamor con Armenia.
Primero fue la Aerocivil, su dueña, la que estructuró un proceso fallido para
su entrega en 2009; luego la ANI declaró desierta una segunda licitación el 02
de diciembre de 2014 tras dos años de dimes y diretes; ahora la misma agencia se
embarca en un tercer intento al anunciar que el 12 de enero del presenta año publicaría
los pliegos de condiciones definitivos, los cuales finalmente vieron la luz
pública el pasado 30 de enero. Como es apenas previsible ante tantos
incumplimientos, la credibilidad está minada
y es poca la fe y la esperanza de que tantas promesas políticas se hagan
realidad.
Pero como si fuera poco con las
fallidas licitaciones y los frecuentes aplazamientos luego de tanta palabrería
oficial, la ANI nos sorprende con un recorte
de $14.440 millones de pesos en la inversión de las obras de
modernización y ampliación de El Edén, pues los pliegos publicados son por $121.040
y no por $135.480 millones, cifra que ampulosamente anunciaban los voceros
gubernamentales encabezados por el Vicepresidente de la República. Claro está
que con el espejo de lo sucedido con el Túnel de La Línea, nos tenemos que dar
por bien servidos que nos quitaron tan solo unos milloncitos
El de El Edén, junto con los sempiternos casos del
túnel de marras, la doble calzada Cajamarca - Calarcá – La Paila, la
rehabilitación de la vía férrea La Tebaida – Zarzal y el embalse del río
Navarco, ratifican que Armenia y el
Quindío no están en las preferencias del gobierno Santos y que nuestra dirigencia
política no está sintonizada con las defensa de los intereses locales. Era de
esperar que gobiernos y congresistas comprometidos con la ciudad y el
departamento que los eligió hubieran estado atentos a la elaboración de los
pliegos de condiciones del aeropuerto con el fin de conocer el alcance de las
obras, cuál era la inversión y en cuánto tiempo se ejecutaría, velando para que
las pretensiones y aspiraciones de los quindianos quedaran plasmadas en los
pliegos definitivos.
Pero como no hay dolientes, la ANI y la Aerocivil terminan
por privilegiar inversiones para aeródromos que si tienen tras de sí una
dirigencia celosa y participativa que trabaja unida por el desarrollo de sus
regiones. Yo me pregunto: ¿será que
nuestros gobiernos y congresistas no se percataron de la modificación de los
pliegos de condiciones? ¿Será que no se dieron cuenta que pretendían recortarnos
$14.440 millones? Si se dieron cuenta, ¿qué hicieron para evitar que esto
pasara? Y si lo hicieron, ¿por qué no lo informaron?
En fin, a esto estamos expuestos los quindianos al elegir gobernantes que no tiene la
capacidad de dialogar sobre los temas fundamentales y por haber renunciado como sociedad civil a la
defensa del interés colectivo de nuestro departamento.