¿Para dónde vamos como región y para dónde queremos ir en medio de este
entorno inestable que amenaza la calidad de vida de los ciudadanos?
Por: Armando Rodríguez Jaramillo
En los ochenta y noventa cuando se vivían los años cruentos de la guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico, y los dineros de la droga penetraron la economía, la sociedad y la política, se dijo que Colombia era un Estado fallido, razón por la cual fue convocada una Asamblea Nacional Constituyente que puso a soñar al país con una nueva Constitución para fortalecer su democracia y convivencia.
Pero como eso de Estado fallido no estuvo exento de controversias, traigo
a colación un aparte del artículo de Armando Estrada Villa publicado en El
Colombiano el 30 de octubre de 2023 titulado Colombia y el índice de estados fallidos y colapsados:
«Fallidos son aquellos que han perdido el monopolio de la fuerza, sufren un vacío de poder, su legitimidad es disputada, sus instituciones son frágiles, presentan niveles de pobreza y desigualdad muy extendidos, corrupción en las élites y carecen de capacidad y recursos para satisfacer las necesidades básicas de su población. Sostenibles son aquellos que controlan su territorio y ofrecen seguridad, transparencia en su funcionamiento, legitimación democrática de sus autoridades, capacidad de respuesta oportuna a los problemas de su sociedad y reducción considerable de los niveles de pobreza y desigualdad».
Por mi parte, confieso que no califico el nuestro como un Estado fallido
pese a las crisis recurrentes que sufrimos. Me refiero a las violencias del paramilitarismo,
las guerrilleras y el narcotráfico; la corrupción generalizada; la emigración
de colombianos en busca de mejores condiciones de vida; la polarización política
entre derechas e izquierdas y la práctica de la cancelación del adversario; la
minería ilegal, deforestación y degradación de los ecosistemas; el marcado
centralismo; la inseguridad; la desigualdad económica, la pobreza y la
inequidad social; y los deficientes servicios de salud y educación, entre otros.
En el libro Prospectiva para un mundo interdependiente [Academia
Colombiana de Ciencias Económicas, 2023], el colombiano Javier Medina Vásquez,
Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL y experto en prospectiva, expone
algunas ideas para superar las dificultades por las que atraviesan los países
de la región:
«Gobernar como antes ya no es una opción. Se requiere
trascender la coyuntura, levantar la cabeza y buscar nuevas perspectivas para
evitar naufragar en la acumulación de crisis. Se deben construir opciones para
replantear el actual modelo de desarrollo y el paradigma vigente de la gestión
pública. Al efecto, los escenarios son una vía idónea de reflexión, puesto que
no constituyen una predicción ni trazan un futuro único, ni una ruta única
exclusiva para transitar en aguas turbulentas. Por el contrario, anticipan
diferentes futuros posibles para orientar la toma de decisiones y abrir un
debate público en búsqueda de sentido: ¿Para dónde vamos como región y para
dónde queremos ir en medio de este entorno inestable que amenaza la calidad de
vida de los ciudadanos?» [Pág. 30].
Asimismo, Medina Vásquez menciona que en el libro El gran giro de
América Latina. Hacia una región democrática, sostenible, próspera e
incluyente (Programa Editorial de la Universidad del Valle, 2021),
presentó, junto con Sergio Bitar y Jorge Máttar, cuatro grandes escenarios transformadores
e innovadores que siguen diferentes lógicas y dibujan alternativas diversas de
futuro. Estos escenarios, además de ser una oportunidad de reflexión para
Colombia, sirven también para pensar en el futuro de nuestros departamentos y
municipios. Los cuatro escenarios son [Pág. 31]:
·
«El
escenario tendencial o inercial (sin giro) constituye la línea base que describe el futuro que
continúa tal y como viene desde el pasado, sin cambios fundamentales. La región
sigue en “modo supervivencia”, sin un proyecto estratégico de desarrollo,
tratando de sobrellevar la crisis, con pequeños ajustes a las políticas
públicas vigentes para evitar el naufragio; es la continuación del deterioro
del paradigma actual
·
El
escenario catastrófico (giro distópico) supone un colapso a un empeoramiento significativo
del escenario tendencial. Esta situación indica que el paradigma actual se
desploma en forma con un proceso de deterioro agudizado, sobreviene la escasez
y el desastre humanitario y democrático. Impera el caos, y el crimen organizado
desplaza al Estado nacional de sus funciones fundamentales.
·
El
escenario contrastado (giro sin rumbo) denota una situación llena de sorpresas, volatilidad
y estados intermedios. La región queda a mitad de camino entre viejos y nuevos
paradigmas de desarrollo, en una situación ambivalente, marcada por intentos de
reformas fiscales progresivas, en salud y medio ambiente, entre otros, que no
culminan con éxito; los logros son parciales y cíclicos. Hay un archipiélago de
triunfos y fracasos que reproduce un abismo entre los sectores conectados y los
desconectado de los beneficios del nuevo modelo.
·
El
escenario deseado (giro virtuoso pleno) imagina una fuente fuerte transformación estructural
y dinámica hacia un nuevo paradigma de prosperidad, inclusión, justicia y
democracia plena. Este viraje imprime un sentido diferente de la política
pública, que conduce hacia un nuevo modelo de desarrollo humano y sostenible,
inspirador e innovador, pero realista, acorde con las necesidades, capacidades
y potencialidades de la región. Con una gobernabilidad democrática consolidada producto
de un nuevo contrato social que han discutido y acordado todos los actores
sociales, con el liderazgo y la convocatoria de un Estado renovado, proactivo,
incluyente y democrático».
Colofón: Por mi parte, le apuesto al escenario deseado, ese que es portador de un giro virtuoso pleno.
Armando Rodríguez Jaramillo
Correo: arjquindio@gmail.com / X:
@ArmandoQuindio / Blog: www.quindiopolis.co
2 Comentarios
De acuerdo Dr Armando, el escenario deseado. Sumado a gobiernos que tomen decisiones políticas razonables, cívicas, con sentido común, buena gobernanza, total transparencia y propiciar prosperidad social - económica y de calidad de vida en la ciudadanía.
ResponderEliminarLe agradezco su lectura y sus comentarios. Si los ciudadanos nos lo proponemos podemos construir ese escenario deseado con dirigentes visionarios.
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