Eddie Polanía: un hacedor de región


«Fue un buen interlocutor gracias a su mirada crítica y agudo pensamiento»

 

Recuerdo a Eddie Polanía Rodríguez[1] (1948 – 2022) como alguien que siempre se preocupó por el desarrollo regional y que hizo importantes aportes al planeamiento del Quindío. Esto fue lo primero que vino a mi mente cuando me enteré de su deceso mientras evocaba momentos compartidos alrededor de la prospectiva y el desarrollo productivo de un departamento que sintió como propio.

Fue un buen interlocutor gracias a su mirada crítica y agudo pensamiento.  En los noventa, cuando fui director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo del Quindío -FDQ- (93-95), ONG que operó a manera de centro de pensamiento en el edificio del BCH, hoy sede de la DIAN, realizamos intensos debates sobre el futuro del departamento en los que participaba Polanía Rodríguez. Allí discutimos, entre otros, a cerca de los lineamientos del plan de desarrollo del gobierno de Mario Gómez Ramírez orientado por el Cider de los Andes, universidad donde había hecho su posgrado en planificación y administración del desarrollo regional, y de los proyectos estratégicos que gremios y academia presentarían al mencionado plan. También deliberábamos a cerca de la creación de una zona franca y de un puerto seco o plataforma logística intermodal de carga en La Tebaida, así como sobre las implicaciones de un embalse en el río Navarco desde donde se generaría energía eléctrica y se abastecería de agua a los acueductos de Armenia y municipios vecinos.

Por esas calendas, a instancias del Corpes de Occidente, nos ocupamos de examinar la integración de Caldas, Risaralda y Quindío, en especial la articulación de sus ciudades capitales y zonas metropolitanas y el manejo del Parque Nacional Natural de los Nevados, iniciativas conocidas como la Ciudad Región y la Ecorregión antes que todo esto fuera cobijado bajo el nombre de Eje Cafetero.

Luego, en tiempos del terremoto, nos topamos en algunas de las reuniones para la elaboración del Plan Estratégico Quindío 2020 que Eddie dirigió, plan que a la postre sería el único proceso de planeación participativa, concertado con diferentes actores sociales, que pretendía orientar el futuro del departamento luego del sismo de 1999. El plan, que propuso lineamientos sobre desarrollo económico, competitividad e innovación, jamás contó con apoyo político para su ejecución, lo que representó una enorme frustración para muchos que, como Polanía Rodríguez, trabajaron en él.


En los años posterremoto volvimos a intercambiar ideas sobre los primeros POT formulados y aprobados en el Quindío que, en medio de las urgencias de la tragedia, quedaron con vacíos e inconsistencias que aún están pendientes de subsanar. Igualmente, tuvimos oportunidad de debatir sobre la Agenda Interna del Quindío (2006) de la misma forma que lo hicimos una década atrás con la formulación del Plan de Desarrollo Agroindustrial, plan que jamás se ejecutó y que tenía el objetivo de convertir al departamento en productor, procesador y exportador de frutas en respuesta a la crisis del café que se originó al final de los ochenta.

Por último, en épocas recientes, intercambiamos ideas sobre y el crecimiento urbano de Armenia y sus relaciones metropolitanas cuando él se desempeñó como secretario de Planeación de Armenia (2008). También analizamos los determinantes para el ordenamiento territorial del departamento y lo que podría ser el Eje Cafetero como región administrativa y de planeación (RAP) antes que ésta se extendiera más allá de la cordillera hacia los llanos del Tolima.

En sus artículos plasmó su visión sobre el desarrollo regional, pero también expresó sus desacuerdos con la forma en que se hacía la planeación y se formulaban los planes de desarrollo. Mi amistad con Eddie siempre estuvo signada por el diálogo, el análisis y la controversia en temas relacionados con el desarrollo regional y el bienestar humano, tal vez por esto fue por lo que conocí más de su pensamiento que de su vida personal, lo cual hoy deploro.

Pero debo decir que, al escribir el final de este artículo, se me vino a la mente una noche de diciembre de 2010, cuando en la Casa Museo Musical del Quindío Eddie Polanía Rodríguez presentó su novela ¡Ay de ti, Madre Mía City! (Editorial Universitaria de Colombia Ltda), libro en el que, a través del recurso de la ficción, nos entregó su forma de ver la ciudad.

Lamento su partida.

Armenia, 15 de marzo de 2022.

 

Armando Rodríguez Jaramillo

arjquindio@gmail.com   /   @ArmandoQuindio

 



[1] Eddie Polanía Rodríguez nació en El Prado (Tolima). Estudio Ciencias Sociales (Universidad del Quindío), Especialista en Economía Cafetera (Universidad Autónoma de Manizales) y en Planificación y Administración del Desarrollo Regional (Universidad de los Andes). Profesor de la Universidad del Quindío. Director del Centro de Estudios e Investigaciones Regionales, Secretario de Planeación de Armenia. Columnista del Diario La Crónica y escritor de ensayo y novela.

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