«Lo más difícil de aprender en la vida qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar (Bertrand Russel).»
La economista Mariana Mazzucato (Roma 1968), directora fundadora del Instituto para la Innovación y Valor Público del Universty College de Londres (UCL), es reconocida como una mente provocadora, ágil y brillante que ha venido proponiendo a los gobiernos del mundo y a organizaciones internacionales que sean ambiciosos ahora que el mundo empieza a ver la salida de una pandemia que ha sido devastadora.
Para Mazzucato, debemos aspirar a una política económica que se enfoque a resolver problemas concretos y se oriente por resultados. La idea consiste en que, al momento de diseñar una política económica, se oriente por un propósito y un resultado determinado. Para esto pone de ejemplo al presidente Kennedy cuando impuso en 1962 a su país la misión y el reto de enviar un hombre a la Luna y regresarlo a la Tierra antes de culminar la década de los años sesenta, y esto se logró porque sólo sabiendo de antemano lo que se persigue será posible determinar cómo hacerlo del modo más eficaz y beneficioso para todos. Llegar a la Luna fue un extraordinario logro que requirió nuevas formas de colaboración entre los sectores público y privado, un muy alto nivel de compromiso y correr riesgos y gastos para alcanzar una meta a largo plazo que impulsó el descomunal desarrollo tecnológico de los Estados Unidos en los años subsiguientes.
Los planteamientos de esta economista
abren un gran espacio de reflexión global que es válido para el gobierno
nacional y los territoriales. Estamos atravesando por eventos inesperados que
han exacerbado los ánimos y las emociones y que presionan a los gobiernos a
tomar medidas para responder a situaciones extraordinarias. Y es precisamente en
estos momentos donde afloran las debilidades de los mandatarios. Así como nos dimos
cuenta de que la pandemia hubiera sido más fácil de enfrentar con un servicio
de salud fortalecido, también es cierto que la capacidad de respuesta de la
administración pública hubiera sido más contundente a esta crisis de no estar desgastada
por actos de corrupción, politización excesiva y desconfianza ciudadana. De ahí
que su fragilidad los obliga a hacer grandes esfuerzos para responder a lo
inmediato quedando sin oxígeno para pensar en lo que viene.
Las preguntas sin respuestas
No podemos perder de vista que luego
de este trance vendrá un día después de la pandemia en el que nos preguntaremos:
¿Qué debemos hacer?, ¿cuál es el problema que vamos a resolver?, ¿en qué
propósito nos debemos orientar? y ¿qué resultados determinados queremos
alcanzar? Por consiguiente, para dar respuesta a estas preguntas es evidente
de que necesitamos un nuevo modelo de sector público y también un modelo
diferente de colaboración público – privada.
«La respuesta está en es ser disruptivos, en saber innovar con
una serie de objetivos sociales, económicos y políticos clave.»
Retomando las ideas de Mariana Mazzucato, las instituciones del sector público no se ven así misma como organismos orientados por una misión concreta. Es necesario replantear el modo en que funciona la administración pública a nivel nacional y local y su capacidad sobre el terreno para enfrentar de modo serio el objetivo concreto de la recuperación económica. Así las cosas, la pregunta es: ¿Cómo planificar a mediano y largo plazo con gobiernos preocupados por lo que pueda pasar la semana que viene y en las próximas elecciones? Esto indica que no solo necesitamos de políticas orientadas hacia una misión concreta, también requerimos de organizaciones orientadas en este sentido, que sean públicas, pero no politizadas. Hay que ser ambiciosos e ir más allá del papel de aplicar necesarias soluciones para atender los hechos y urgencias del ahora, y pensar en soluciones concretas para un día después de la pandemia y a diez años más.
La respuesta está en es ser
disruptivos, en saber innovar con una serie de objetivos sociales, económicos y
políticos clave, que
difícilmente vendrán de los partidos y movimientos políticos existentes, con el
fin de salir de nuestro estancamiento rumbo a un futuro más optimista y
prometedor.
Armando Rodriguez Jaramillo
@arj_opina /
@quindiopolis
arjquindio@gmail.com
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