Quindío, territorio inteligente

No hay duda de que podemos adoptar una estrategia de especialización inteligente del territorio.


Este siglo nos sorprendió con el concepto de ciudades inteligentes o Smart City en referencia a aquellas urbes digitales que hacen un uso intenso de las tecnologías de la información y las comunicaciones para lograr ciudades sostenibles, conectadas y optimizadas, concepto que se ha ampliado a regiones inteligentes para reseñar territorios dotados de agendas de transformación económica integral que buscan la especialización en ámbitos geográficos más amplios y que son potencialmente competitivos.

Esta tendencia la recoge la estrategia regional de innovación para la especialización inteligente, conocida en la Comunidad Europea como RIS3[1]  (Regional Innovation Strategy for Smart Specialization), que es un ejercicio de reflexión regional sobre el futuro en un escenario global definido por el conocimiento, la ciencia, la tecnología y la investigación, que se ocupa de cómo lograr el máximo aprovechamiento de la competitividad territorial para generar progreso y bienestar con base en una agenda de transformación económica que incluye temas como: Apoyar las prioridades de la región para un desarrollo basado en el conocimiento; aprovechar las ventajas competitivas movilizando el talento humano encajando capacidades de I+D+i; desarrollar clústeres que se integren a cadenas globales de valor; facilitar entornos para el desarrollo productivo; y consolidar sistemas eficientes de innovación basado en la colaboración público-privada que den voz a los divergentes y creativos.

De ahí que un departamento como el Quindío con sus recursos naturales, ubicación estratégica, sistema de ciudades, infraestructura de comunicaciones y servicios, universidades, centros de investigación, clústeres y sectores económicos dinámicos, institucionalidad, talento humano y capital social tiene un alto potencial para pensarse en el marco de una estrategia regional de especialización inteligente que amplíe la idea de ciudad inteligente propuesta de forma tímida en algunas ocasiones para Armenia. Esto supondría pasar de un modelo de desarrollo por compartimientos a otro que observe el territorio como un sistema a través de un prisma más amplio, pues las relaciones humanas, los ecosistemas y las actividades productivas no obedecen a los términos políticos administrativos que nos inventamos.


Si bien esto no es fácil, sería interesante que fuera evaluado por los gobiernos locales, sector privado, universidades y sociedad en general. Pablo Castamagna[2] dice del territorio que este «
se convierte en un factor clave para el desarrollo de la sociedad y la competitividad. Su propia historia, valores, cultura, educación y estructura institucional pueden ser activadores y accionar a favor del crecimiento o también pueden demorarlo por no anticipar y enfrentar los cambios y las oportunidades», entonces, seamos disruptivos y pensemos en un modelo que abrace la estrategia de región inteligente para afrontar los paradigmas de la Cuarta Revolución Industrial.

 

De prosperidad heredada a prosperidad creada.

Es evidente que no podemos conformarnos con el concepto de prosperidad heredada (ventaja comparativa) donde la riqueza de una región la determina su dotación natural, es necesario aspirar a la prosperidad creada (ventaja competitiva) donde la riqueza se forja por voluntad de la región y es ilimitada porque se cimenta en educación y conocimiento, en transformación digital, en creación de productos y servicios de valor y en productividad empresarial para alcanzar el bienestar. En la prosperidad creada gobierno e instituciones desempeñan el papel de facilitadores del desarrollo productivo.


No hay duda de que podemos adoptar una estrategia de especialización inteligente. Es necesario cambiar de mentalidad y apropiarnos de la Cuarta Revolución Industrial sirviéndonos del internet de las cosas, el big data y la inteligencia artificial para dar un salto cuántico en la forma de gestionar y tomar decisiones en el territorio. Se imaginan pasar de una agricultura tradicional a otra de precisión con cultivos monitoreados y administrados por sensores y drones. Qué tal si tuviéramos información en tiempo real sobre asuntos como: flujos de turistas que ingresan a ciertos ecosistemas y zonas urbanas de nuestros municipios y saber cuándo se superan sus capacidades de carga, vehículos que transitan entre Armenia y municipios vecinos para ordenar el tráfico, caudales y calidad del agua de los ríos que alimentan acueductos urbanos y rurales, niveles de contaminación hídrica, de aire y de ruido, intervenciones urbanas y rurales y cambios en el uso de los suelos, ingreso y salida de mercancías y productos del departamento, trámites ciudadanos ante oficinas de gobierno y de servicios públicos, información catastral en línea y otras cosas más.

Sería interactuar con sistemas interconectados que hacen parte de un gran sistema llamado departamento que a su vez se relaciona con otras regiones y con el mundo para formar sistemas multiniveles en función del ordenamiento del territorio. Es tener ciudadanos que se apropian de la tecnología y del conocimiento conviviendo en lugares inclusivos y digitales. La tecnología nos puede proveer de datos en línea para gestionar la región de forma más eficiente y práctica, así que los territorios no se diseñan inteligentes para ser el más tecnológico, sino para generar mayor nivel de bienestar y progreso.

 

El primer paso

Solo falta iniciar un proceso de “reflexión” basado en el diálogo y la confianza, tomar la “decisión” de convertimos en un departamento inteligente y pasar a la “acción” para volver realidad esta visión de territorio. Pero esto demanda un cambio de mentalidad que nos lleve usar el pronombre nosotros cuando pensemos en el verbo progresar, solo así estructuraremos un modelo de gobernanza incluyente y colaborativa entre sectores públicos y privados, academia y sociedad. Es convertirnos en agentes de cambio a través de la reflexión, decisión y acción.

 

Armando Rodríguez Jaramillo

@arj_opina

@quindiopolis



[1] Estrategias nacionales y regionales para la especialización inteligente (RIS3)- https://bit.ly/2R1AJXl

[2] Las organizaciones del territorio. Cambios para fortalecer el desarrollo territorial. 2008. Pág. 2

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