Oportunidad para el área metropolitana del Quindío

Panorámica de Armenia y Calarcá en el departamento del Quindío

Las recientes inversiones de Invías en el Quindío oxigenan la idea del área metropolitana. 


La construcción del segundo carril de la avenida El Edén, el mejoramiento de la vía La Tebaida – Montenegro y las anunciadas dobles calzadas entre Calarcá – Armenia – Montenegro – Quimbaya, además de la futura concesión de la doble calzada Calarcá – La Paila por la ANI, convierten al Quindío en un territorio bisagra entre la Autopista del Café y el corredor Bogotá – Buenaventura, al tiempo que acorta los viajes y estrecha vínculos entre Armenia y los municipios vecinos. 

Recordemos que la idea del área metropolitana del Quindío ha sido promovida en varias oportunidades y que en 2004 se realizó una consulta popular en la que la mayoría de los que votaron dijeron no a que Armenia, Quimbaya, Circasia, Filandia y Montenegro integraran un área metropolitana. Esa consulta se hizo en medio de una fuerte polarización política entre la gobernación y la alcaldía de Armenia que antepusieron sus intereses políticos sobre los fines del desarrollo. Luego de esta experiencia se satanizó cualquier intento al respecto. 

Pero como los tiempos cambian y los aprendizajes deben servir para mejorar, sería interesante volver a considerar esta posibilidad partiendo de las siguientes premisas:

  • Las dobles calzadas fortalecen las relaciones e interdependencias entre municipios;
  • La pandemia nos enseñó que cuando se trabaja de forma colaborativa se está mejor preparado para superar las crisis;
  • La forma independiente en la que cada municipio planifica y administra el territorio está agotada;
  • Hay que aprovechar la interacción espacial y las dinámicas de la economía de aglomeración en el escenario regional, tanto desde la demanda como desde la oferta;
  • La política es un medio para dirigir los asuntos públicos y promover la concertación entre diferentes grupos de interés.

Además, es necesario reconocer que la Ley 1625 de 2013 de áreas metropolitanas aborda integralmente los problemas comunes que afectan a varios municipios vecinos y también el aprovechamiento de sus potencialidades. Claramente señala que las áreas metropolitanas están formadas por un conjunto de dos o más municipios integrados alrededor de un municipio núcleo, vinculados entre sí por dinámicas e interrelaciones territoriales, ambientales, económicas, sociales, demográficas, culturales y tecnológicas que para la programación y coordinación de su desarrollo sustentable, desarrollo humano, ordenamiento territorial y racional prestación de servicios públicos requieren una administración coordinada (artículo 2), objetivo que parece redactado ex profeso para nuestra realidad. Así que este es un instrumento apropiado para definir los hechos metropolitanos y formular un Plan Integral de Desarrollo Metropolitano y un Plan Estratégico Metropolitano de Ordenamiento Territorial.


La realidad

De ahí la importancia de leer el entorno y considerar que entre Armenia, Calarcá, Montenegro, Circasia, La Tebaida y Quimbaya hay conurbaciones en aumento y crecientes flujos de personas que, por razones de empleo, estudio, salud, familia, recreación, tramites, comercio y distribución bienes y servicios transitan entre estos municipios. Una relevante cifra sobre esta dinámica se encuentra en el Conpes 3752 del Sistema Estratégico de Transporte Público de Pasajeros para la ciudad de Armenia (16 de marzo de 2009) que da cuenta de 174.800 viajes diarios entre Armenia y sus municipios vecinos, dato que hoy, doce años después, debe ser muy superior.

Pero como de lo que se trata es de mirar al futuro para observar tendencias y anticipar lo que viene, en los últimos años se observa la expansión de los perímetros urbanos, aumento de procesos de conurbación, fraccionamiento del suelo rural, pérdida de áreas de cultivo, incremento de condominios campestres, crecimiento de actividades turísticas, conflictos por uso de suelos, mayor demanda por agua potable y disposición de basuras, contaminación hídrica, migraciones y cambios demográficos, concentración de la oferta de empleo en Armenia, desactualización de los POT y aumento de la demanda por suelos urbanos y suburbanos para actividades productivas y de construcción.

Pero para responder a estas tendencias, que en buena parte corresponden a hechos metropolitanos, es necesario actuar de forma conjunta, de lo contrario la posibilidad encontrar soluciones concretas y efectivas continuarán siendo restringidas. Tengamos presente que las carreteras en cuestión actuarán como detonantes de las dinámicas existentes entre municipios. No más imaginemos, a manera de ejemplo, las posibles externalidades que causaría la doble calzada Armenia - Montenegro - Quimbaya representadas en nuevas dinámicas socioeconómicas con el norte del Valle; establecimiento de hoteles, moteles, supermercados, restaurantes, estaciones de servicios, industria, agroindustria y otras actividades sobre la vía y su zona de influencia; condominios campestres y expansión de zonas urbanas; y fragmentación de predios rurales además de cambios en el uso de los suelos. Para enfrentar estas situaciones se precisa de mayor capacidad de anticipación a través de instrumentos como el plan estratégico metropolitano de ordenamiento territorial que permitiría crear, si es del caso, corredores suburbanos intermunicipales paralelos a las dobles calzadas que soporten de forma planificada actividades residenciales, industriales, agroindustriales, comerciales y de servicios, entre otras.


El desafío

Así que para aprovechar esta economía de aglomeración, anticipar lo que viene y corregir los problemas irresolutos que lastran nuestras oportunidades de desarrollo es necesario idear escenarios futuros y propiciar diálogos proactivos entre gobiernos, concejos, partidos y movimientos políticos, gremios, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, empresarios, academia y sociedad en general sobre la conveniencia de un área metropolitana como instrumento para el ordenamiento y desarrollo integral del territorio.

En consecuencia, hay que aprender de los errores y de paso superar los intereses políticos que enmarcaron las anteriores iniciativas metropolitanas. Proyectos como este requieren de compromiso y voluntad política, de apertura mental y de generación de confianza entre las partes para entender que no se trata de un juego de poderes ni de posicionar a Armenia como el centro del territorio, sino de generar procesos de desarrollo inclusivo y participativo para los municipios que la integren. Aprovechemos el área metropolitana como un instrumento de planificación supramunicipal que impulse sinergias y fortalezca ventajas competitivas de forma que avancemos hacia una disruptiva especialización inteligente del territorio con el fin de alcanzar progreso y calidad de vida.

 

Armando Rodríguez Jaramillo

@arj_opina

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