La
humanidad ha estado ligada a la narración
de historias como instrumento para transmitir conocimientos, conservar
tradiciones, divulgar religiones, entretener y crear lazos sociales.
Por
naturaleza el hombre es un ser de oralidad,
contador de historias que entrelazan generaciones. El más grande libro de
todos los tiempos, La Biblia, es un compendio meticuloso de narraciones
extraordinarias sobre el origen del hombre y la ley de Dios que tiene la virtud
de ser de fácil recordación y comprensión, leyendas que por ser repetidas una y
otra vez se grabaron en las mentes de los creyentes. ¿Qué tal que para enseñar
religión se empezara por impartir doctrina y teología dejando a un lado la
narración de la historia sagrada tal como se halla consignada en el Antiguo
Testamento?
Esta
técnica, probada y comprobada desde tiempos inmemoriales, hoy en un poderoso instrumento en el mundo
empresarial y de negocios. Más allá de los tradicionales informes con cifras
sobre compras, producción y ventas, planta de personal, estados financieros,
rentabilidad y demás indicadores, las firmas también tienen una historia que
contar sobre su origen, visión y misión, cada empresario y persona vinculada o
relacionada con una organización tiene
sueños y deseos, cada producto y servicio transmite su propia magia y promesa de
valor tanto para el que interviene en su producción como para el que lo consume
tras un beneficio o satisfacción. Hoy se reconoce que las empresas causan impactos positivos o no en sus grupos de interés o
partes interesadas (stakeholder).
A
esto se le llama storytelling o arte
de contar historias aplicadas a las empresas. Es la nueva narrativa empresarial
que causa interés y curiosidad, instrumento que permite la conexión con una
audiencia más amplia para transmitir mensajes que emocionen, cautiven y seduzcan.
Es un medio para provocar algo memorable
más allá de la simple relación transaccional entre compradores y consumidores.
La
empresarial es una narrativa multicanal mediante oralidad, audios, vídeos, textos
e imágenes ya sean impresos y virtuales. Es decir, es y debe ser multimedia para
que las historias a transmitir, con sus protagonistas y su trama, naveguen por diferentes
canales de difusión.
De
tal forma que la narrativa empresarial
es una potente herramienta para conectarse con audiencias más amplias, para
dejar de hablar del negocio y descubrir conexiones y empatías que coexisten en
el entorno de la empresa, para hallar valores compartidos de beneficio
colectivo y para crear reputación, identidad y compromiso en lo social,
económico y ambiental. Sobre las ventajas que obtienen las empresas alrededor
de sus negocios, NaoClúster reproduce siete de ellas tomadas del artículo «Qué
es el storytelling y cómo usarlo en marketing»:
Generan confianza – Una historia no sólo
cuenta una realidad de manera diferente, muestra un
lado diferente. Da a conocer aspectos desconocidos y genera confianza.
Son fáciles de recordar – Una historia logra
plasmar una secuencia y un flujo de hechos, lo que hace que se recuerde
fácilmente.
Son fáciles de contar – Al ser fáciles de
recordar, son fáciles de transmitir. Las historias se comparten, generando
voz a voz.
Brinda contexto a los datos – Una buena historia le
ayuda a influenciar la interpretación que las personas dan a los datos. La
historia da un contexto sobre el cual los datos tienen sentido y se
relacionan.
Amamos las historias – Nos encanta una buena
historia y no nos cansamos de escucharlas una y otra vez. Hacen lo complejo
simple y dan una dimensión diferente a la cotidianidad.
Crean mayor conexión – Crean una conexión
profunda y emocional, diferente a todos los demás argumentos funcionales y
de desempeño que pueda estar dando a su cliente potencial.
Apela al lado emocional – Todos tenemos un corazón. Una
historia nos hacen humanos y cercanos. Convierte la imagen fría de una
empresa anónima en personas en las cuales se puede confiar.
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Armando
Rodríguez Jaramillo
15
de septiembre
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