En Los Clusters y la Competencia, artículo publicado
en Harvard Business Review (volumen 1, número 2, enero-febrero de 1999),
Michael Porter describe la importancia de los clústeres en el desarrollo
económico local por la capacidad que tienen de integrar instituciones y
empresas entorno a cadenas de valor, tal como se evidencia en los clústeres de alta
tecnología en Silicon Valley, industria cinematográfica en Los Ángeles y
automoción en Detroit. Y en los que se registran en el Observatorio Europeo de
Clusters y en algunos países como Brasil, Chile y México en Latinoamérica.
De igual forma, en Colombia también se nota un creciente interés
regional por este tipo de aglomeraciones empresariales como se advierte en los
13 clústeres que se impulsan en Bogotá, las seis iniciativas del proyecto “Medellín
Ciudad Clúster” y la plataforma que agrupa nueve iniciativas en el Valle del
Cauca.
Siendo
los clústeres una masa crítica de empresas e instituciones que actúan en un mismo
negocio con múltiples nexos entre sí, el texto de Porte trae un enunciado que invita
a la reflexión por cuanto se podría aplicar al Eje Cafetero: “Una geografía económica caracterizada por la
especialización y la dispersión —es decir, la presencia de una serie de áreas
metropolitanas, cada una de ellas especializada en una gama de clusters—
resulta una organización industrial mucho más productiva que la basada en una o
dos ciudades enormes y diversificadas. En países como Alemania, Italia, Suiza y
los Estados Unidos, este tipo de especialización y comercio interno —y de
competencia entre las distintas regiones— motoriza el crecimiento de la
productividad y mejora la capacidad de las empresas para competir con
eficiencia a escala global”.
De ahí que al relacionar el texto de la cita con
el territorio que comparten Caldas, Quindío y Risaralda, se podría afirmar que
ésta es una geografía económica con áreas metropolitanas alrededor de sus ciudades
capitales que cuentan con especializaciones
productivas a manera de clústeres con el potencial de impulsar la
productividad y mejorar la capacidad de las empresas para competir con
eficiencia a escala global.
Así que, apelando a un nuevo arreglo
institucional, la dirigencia regional podría intentar otros caminos que lleven
a detonar procesos de desarrollo
productivo con base en iniciativas clúster que sustituyan a las convencionales
políticas sectoriales que poca efectividad han demostrado. De modo similar, tendríamos
la oportunidad de cambiar el centro de gravedad de la integración regional, que
por años ha pretendido la fallida creación de una región administrativa y de planificación
(RAP), para articularnos alrededor de la
especialización inteligente del territorio mediante iniciativas clúster.
Está comprobado que este tipo de intervenciones son más eficaces para atraer
inversión, crear empresa y riqueza, genera empleo, aumentar exportaciones y
mejorar el bienestar colectivo.
Es tiempo de redefinir la agenda del
desarrollo productivo del Eje Cafetero partiendo
de lo que se tiene para avanzar a hacia lo que se quiere. De forma que un
buen inicio puede hallarse en los once clústeres que tienen los tres
departamentos en la Red Clúster Colombia. En ellos, y en otros que se organicen,
puede estar, en parte, la clave para la siempre esquiva integración regional.
El mapa de clústeres de la Red registra las
siguientes aglomeraciones en la región:
Departamento de Caldas: Clúster de Industrias
Creativas del Eje Cafetero (30 empresas), NetworkIT – Clúster del Triángulo del
Café (20 empresas) y Cadena Metalmecánica de Caldas (20 empresas).
Departamento de Risaralda: Iniciativa Novitas
para el sector de BPO/ITO/KPO en Risaralda (72 empresas), Federación Clúster
Textil Confección Eje Cafetero (11 empresas), Ruta Competitiva IREC - Industria
de eventos y convenciones (130 empresas) e Iniciativa Adau - Negocios de la
mora (110 empresas).
Departamento de Quindío: Iniciativa Tumbaga
-turismo de experiencias (200 empresarios), Iniciativa Kaldia - cafés
especiales (40 empresarios), Iniciativa Ártemis - cueros de alta gama (30
empresas) y Clúster TIC del Quindío (uXarteTIC) - negocios de usabilidad (41
empresas).
En suma, son once iniciativas que agrupan 704
empresas con negocios en agricultura y agroindustria, software y TIC,
metalmecánica, industrias creativas, tercerización, confecciones, eventos y
convenciones, turismo y cueros, que representan, indudablemente, una significativa base de negocios y
empresas sobre los que deberían gravitar las políticas públicas de desarrollo
productivo, el arreglo institucional, la pertinencia de los programas
académicos, el foco de los grupos de investigación de las universidades, el apoyo
de los gremios y la globalización del Eje Cafetero.
Armando Rodríguez Jaramillo
Artículo publicado en la revista Dimensión Económica, edición N° 18, marzo –
abril – mayo de 2017. Corporación para el Desarrollo Económico y Social de
Risaralda (Copesa)
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