Clúster con aroma de café

En los últimos meses se ha hablado del clúster de los cafés especiales del Quindío, asunto que amerita algunas consideraciones por el interés suscitado en ciertos círculos. Para iniciar podríamos decir que lo único novedoso es la palabra clúster, término usado desde los años noventa luego que el profesor Porter llamara así a las aglomeraciones de empresas en un territorio que se dedican a un mismo negocio.

Así las cosas, en este departamento hay empresarios que cultivan, procesan, comercializan y expenden café, pero no cualquier grano, sino de cafés especiales, integrando una cadena de valor que en su conjunto llamamos clúster.

Aclarado esto, es bueno acotar que los cafés especiales son aquellos apreciados por el consumidor por su calidad y las sensaciones y experiencias que transmiten al tomarlos, por eso los criterios de compra se basan en la calidad y no en el precio. Esto los hace diferentes a los cafés estándar o básicos que son valorados como materia prima y no por sus atributos. Algunos los llaman cafés diferenciados, aunque la Federación Nacional de Cafeteros se refiere a ellos como café sostenible, premium y gourmet.

Como este segmento de negocios es el más atractivo, rentable y de mayor crecimiento en el mundo del café concentrando lo mejor de lo mejor con mayores precios de venta, instituciones como la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío, que promovió hace cuatro años la Ruta Competitiva Kaldia para el fortalecimiento de las empresas de los cafés especiales, en asocio con la Gobernación, Alcaldía de Armenia, Comité de Cafeteros del Quindío, Cooperativa de Caficultores del Quindío, Sena y Escuela de la Calidad del Café y las universidades del Quindío y Gran Colombia, vienen trabajando en la organización del clúster de los cafés especiales para apoyar lo que será la caficultura del siglo XXI.

Es importante no desfallecer porque estos son procesos de largo aliento que superan los periodos de gobierno y que no responden a la inmediatez de mostrar resultados en años calendario. Hay retos muy grandes que solo se pueden enfrentar si las instituciones se articulan para hacer lo que les corresponde y apoyar a los empresarios a lo largo de la cadena en temas como: buenas prácticas agrícolas, nuevas variedades, perfilación de taza, beneficio, exportación de microlotes, curvas de tostión, empaques, tiendas especializadas, catación, barismo, financiación, comercialización, investigación, tecnología y todo lo que hay que aprender y desaprender para entender cómo se compite en este negocio.

Pero hay una decisión inmensa por asumir y tiene que ver con que por lo menos el 90% de nuestros empresarios están en el primer eslabón de la cadena como cultivadores, a los que tan solo les llega un 10% aproximadamente de lo que paga el consumidor final por una taza de café. En contraposición, en las actividades de transformación, tostión, comercialización y tienda especializada hay pocos empresarios, que son los eslabones que más capturan valor y rentabilidad.

Es en estos eslabones en los que hay que incentivar emprendimientos innovadores, nuevas empresas que podrían ser start up y, porque no,  verdaderas spin-off. Las oportunidades en los cafés especiales son impensadas por lo que, además del cultivo del grano, deberíamos atrevernos a considerar otras alternativas de negocio.


Amando Rodríguez Jaramillo.

Publicar un comentario

0 Comentarios