El
parque de Los Fundadores fue colonizado por una nueva forma de entender el
patrimonio cultural por parte de funcionarios de la alcaldía.
Recuerdo
que a la alcaldesa Luz Piedad Valencia y a Corpocultura les dio por conmemorar
los aniversarios de Armenia alquilando Los
Fundadores a empresas cerveceras para que montaran actos baratos y
bulliciosos bajo el rótulo de actividades culturales. Por fortuna, con cierto
asomo de vergüenza, en 2014 la burgomaestre anunció la remodelación del parque,
la recuperación de sus monumentos y la construcción de un nuevo mausoleo para los
restos de su fundador Jesús María Ocampo y María Arsenia Cardona, comprometiéndose
con la Academia de Historia, por intermedio de su director de planeación, Camilo
Casadiego Millán, a conservar la plazoleta
del parque como el espacio público histórico donde se posesionó el primer
gobernador del Quindío el 01 de julio de 1966.
Fue
así como en abril de 2015 la Empresa de Desarrollo Urbano de Armenia -EDUA- inició
a cuentagotas la remodelación del parque construido en 1963 en honor a los
fundadores de la ciudad. Desafortunadamente a su director, Sebastián Congote
Posada, no le importó que para ejecutar las obras se deteriorara el monumento a Los Fundadores de Roberto Henao Buriticá
y se destruyera la placa en mármol que
conmemoraba los 40 años del departamento con los nombres de sus gobernantes,
la que recordaba la posesión de Ancízar
López como el primer gobernador, la del prócer de la independencia Antonio Nariño y las dos que tenía el mausoleo con los restos de Tigrero, como
tampoco le interesó que se extraviaran las tres cabezas de jaguar, ocho hojas,
cuatro guaduas y varios loros en bronce que lo adornaban y que habían sido
hechos por el maestro Orlando Londoño Hidalgo con miles de llaves donadas
cívicamente por los armenios (sólo subsisten una guadua y un loro). Y como si fuera
poco, Congote Posada exhumó por cuenta
propia los restos del Tigrero y su esposa y los paseo por su oficina para luego
dejarlos en una iglesia bajo el silencio cómplice de la alcaldía en un acto de desprecio
por la ciudad.
Inauguración del mausoleo con los restos del fundador Jesús Maria Ocampo (Tigrero) y su esposa el 14 de octubre de 1998 |
En
medio de esta vorágine, el compromiso asumido por Casadiego Millán fue
defraudado y la EDUA construyó en la citada plazoleta cuatro casetas antiestéticas
con el fin de dar en arriendo el espacio
público donde inició su vida política administrativa el departamento del
Quindío.
Si
bien, en señal de desagravio, el pasado 14 de octubre el alcalde Carlos Mario
Álvarez Morales trasladó los restos de Jesús María Ocampo y los de su esposa al
nuevo mausoleo, su entusiasmo no alcanzó
para devolver el parque de Los Fundadores a los armenios como su principal
espacio patrimonial y nadie en la administración asumió la responsabilidad por
la exhumación ilegal de los restos de Tigreros y su esposa, por la destrucción de
placas conmemorativas y monumentos, y por el disparate de construir casetas para
privatizar el espacio público histórico de la ciudad, atentados contra el
patrimonio cultural de los armenios de los que no se percató la Personería Municipal a pesar de haber sido
denunciado en los medios de comunicación.
Armando
Rodríguez Jaramillo.
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