La sustitución de relaciones


Armando Rodríguez Jaramillo (Armenia - Quindío)

El Quindío parece haberle apostado a un modelo de desarrollo hacia adentro basado en la sustitución de sus relaciones externas. Esto explicaría el soliloquio político que practicamos y que nos llevó a hacer mutis por el foro en el escenario del desarrollo regional hasta apropiar una mirada endogámica de futuro que poco a poco modeló un departamento que no otea más allá del alto de La Línea y de los ríos Barbas y La Vieja, tal vez en esto estriba la razón del por qué actuamos como lo hacemos, o sino miremos algunos ejemplos. 

Por tercera vez en dos años fue declarada desierta la licitación para dar en concesión el aeropuerto internacional El Edén sin que en este tiempo nos hayamos encontrado con los alcaldes de Neiva y Popayán para evaluar si los pliegos de condiciones diseñados por la ANI llenaban las expectativas de desarrollo de sus ciudades y para ver qué se podía  hacer para que las licitación fueran más atractivas.

La operación y mantenimiento de la vía férrea entre La Tebaida y Buenaventura, que fuera concesionada por 30 años en 1998, de nuevo quedó sin operador (van tres) ante la suspensión de actividades por Ferrocarril de Occidente, hecho que no parece concitar el interés de  autoridades, congresistas y dirigentes del Valle y Quindío para definir estrategias que permitan recuperar el transporte ferroviario.

El anuncio de  Odinsa S.A. de que no está interesado en la construcción de la doble calzada Calarcá - La Paila nos llegó en medio del sempiterno debate interno sobre el trazado de la vía por tierras del Quindío, proyecto para el que tampoco exploramos la unión de voluntades con el Valle del Cauca para que esta iniciativa de interés regional no quedara en el limbo en que está.

De igual forma, las obras del cruce de la cordillera Central y túnel de La Línea no fueron pretexto suficiente para dialogar y hacer alianzas con la dirigencia del Tolima e Ibagué, como tampoco la construcción entre Santa Rosa de Cabal y Armenia de la línea de transmisión eléctrica para conectarnos al SNT ameritó una estrategia conjunta con los risaraldenses.

Los casos mencionados demuestran nuestra insularidad y el cómo nos pensamos hacia adentro y no en el contexto regional, lo que da cuenta de una gran limitación para dialogar con los vecinos en torno a objetivos comunes de desarrollo. El Quindío, por su exigua representación en el congreso y casi nula participación en el gobierno, necesita de alianzas regionales para fortalecer su posición en el concierto nacional

Es tiempo de hacer a un lado las disputas por el poder local que sólo han dejado victorias pírricas para pensar en una estrategia de integración con el Valle del Cauca, Tolima y Risaralda a través de un esquema que haga las veces de cancillería departamental, dotada de visión del desarrollo regional y capacidad diplomática para hacer alianzas público - privadas y conseguir que halemos en una misma dirección para sacar adelante los proyectos que la región necesita. 

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