Armando Rodríguez Jaramillo (Armenia - Quindío - Colombia)
Los quindianos debemos empezar a transitar por la senda de la innovación y la competitividad |
Desde que en 2006 se
expidiera la Política para la Competitividad y Productividad y se organizara el
Sistema Nacional de Competitividad, mucha agua ha corrido por el país pero muy
poca por el Quindío.
La CRC del Quindío, creada
en 2008, es una damnificada del sistema político local. Si bien tuvo inicialmente
el apoyo decidido del gobernador López Espinosa, no contó con los afectos de la
administración Hurtado Palacio que la dejó al borde de la parálisis total. A
esto se suma la falta de entendimiento entre gobernación y alcaldía de Armenia
que impidió que en los últimos 8 años fueran capaces de trabajar unidas para apoyar
y fortalecer al empresariado quindiano.
Y como si fuera poco, el
gobierno departamental, entre 2011 y 2014, reestructuró en 5 ocasiones la CRC, lo
que afectó drásticamente la gestión de la competitividad y dificultó el trabajo
conjunto que trataron de hacer universidades, gremios y empresarios. No
obstante, gracias a la labor de entidades como la Cámara de Comercio,
universidades, Sena y un puñado de empresarios y dirigentes gremiales
comprometidos se avanzó en una agenda de competitividad e innovación al
servicio de las empresas de la región.
Ahora el gobierno nacional está empeñado en reorientar su
gestión, por lo que definió en el Plan Nacional
de Desarrollo Nacional la necesidad de incrementar la productividad de las empresas a partir
del conocimiento y diversificación del
aparato productivo, señalando que apoyará
aquellos clúster que trabajan con la metodología de Rutas Competitivas. Así
mismo, organizó el Sistema Regional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e
Innovación determinando que fuera coordinado por las Comisiones Regionales de
Competitividad, única instancia de interlocución de los departamentos con el
gobierno nacional. Estos cambio se materializan en el borrador del documento
Conpes publicado por el DNP sobre Política Nacional de Desarrollo Productivo
mediante el cual pretende ordenar la agenda económica, impulsar el proceso de internacionalización,
poner
el conocimiento al servicio del sector productivo y aumentar exportaciones
hacia mercado sofisticados.
Los cambios mencionados marcan una nueva agenda
nacional de competitividad e innovación de la que el Quindío no debe estar
ausente. Es hora de reparar nuestra forma de hacer política y adentrarnos en un
debate más elevado sobre el desarrollo productivo del departamento.
Llego la hora de cambiar la forma de hacer las cosas,
de esforzarnos por fortalecer nuestras empresas y atraer inversión y
conocimiento. No podemos seguir enfrentados en pujas políticas que halan para
distintas direcciones. Debemos aprender a unir voluntades entre gobiernos,
gremios, empresarios y universidades alrededor de la Comisión Regional de
Competitividad. Es tiempo de fijar una política de desarrollo productivo para
apoyar con decisión a nuestros empresarios ayudándoles a dar el salto hacia la
producción de bienes y servicios de alto valor agregado.
Armando Rodríguez Jaramillo
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