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Foto de la llegada del tren a La Tebaida publicada por el diario La Crónica del Quindío el 15 de julio de 2015 |
Por Armando Rodríguez Jaramillo (Armenia - Quindío)
Esta semana fue noticia la llegada del tren. El Presidente Santos, el
vicepresidente, la ministra de Transporte, gobernantes locales y dirigentes
privados y empresariales hicieron anuncios y expresaron opiniones sobre lo que
representa para el Quindío este acontecimiento.
Pero como la memoria a veces es frágil, es bueno recordar que el proyecto de puerto seco data de hace más
de 20 años. En los años 90, el Corpes de Occidente adelantó ejercicios de prospectiva
en la región teniendo como referencia las recomendaciones que sobre
competitividad y desarrollo hizo el Estudio Monitor para Colombia y la Misión de Sabios, identificando como una
prioridad la recuperación del transporte ferroviario y su articulación con el sistema
de transporte camionero. En este proceso, el Corpes reconoció que La Tebaida
tenía un alto potencial para una terminal ferroviaria y un puerto seco que le prestara
servicios de logística de transporte a la mercancía que hiciera tránsito entre
Bogotá y Buenaventura, con lo que la región se insertaría en los mercados de la
denominada cuenca del Pacífico.
Las recomendaciones del organismo de planificación regional fueron
recogidas en el plan de desarrollo departamental del gobierno de Mario Gómez
Ramírez (1992 - 1994) En esa ocasión gremios y empresarios propusieron la creación de Prominex (Promotora de Infraestructura
de Comercio Exterior), sociedad que se constituyó con más de dos centenares de
accionistas públicos y privados.
Los primeros aciertos fueron la adquisición de un lote cercano a La
Tebaida y el haber logrado, gracias a las gestiones del gobierno de Belén
Sánchez, la declaratoria de Zona Franca
para el citado lote en la presidencia de Samper. Como se sabía lo que se quería,
Prominex se volvió socia de
Transpacífico, primera operadora de la concesión del transporte por
ferrocarril al tiempo que destinó un terreno adyacente a la zona franca para
que, con recursos de Ferrovías, se construyera la estación, que vio llegar por primera vez el tren en
noviembre de 1997.
Luego Prominéx se transformó en
la sociedad Zona Franca del Eje Cafetero S.A. y Transpacífico movilizó carga
de café y madera hacia Buenaventura y Cali. Después vinieron los tiempos del tren turístico del Café y Azúcar, la quiebra
de Transpacífico que le dio paso a Ferrocarril del Oeste, firma que años más
tarde le entregó la operación a Ferrocarril del Pacífico, la actual
concesionaria.
Pero vino la contingencia de un derrumbe que tapó varias decenas de
metros de carrilera en cercanías a
Corozal en la ola invernal del segundo semestre de 2010, derrumbe que tardó cinco años para ser removido gracias a la demora en contratación
del Fondo de Adaptación, lo cual paralizó por completo el funcionamiento
del tren hacia el Quindío con el consecuente deterioro de la infraestructura.
Este recuento sirve para afirmar que la llegada del tren el 14 de julio a la estación de La Tebaida hizo que
recuperáramos lo que teníamos en 1997, cuando el tren arribó por primera, lo que nos debe hacer reflexionar para no
seguir perdiendo más tiempo ni oportunidades. No podemos darnos el lujo de dejar
pasar otra vez 18 años sin avanzar en la construcción del patio de contenedores,
bodegas, zonas de cargue y descargue e infraestructura de carrileras que necesita
una estación ferroviaria para que opere como un verdadero puerto seco, pues
como dicen los católicos: El tiempo perdido lo cobra Dios.
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