La ciudad de Armenia por ser la capital y el mayor núcleo urbano del Quindío
se ha convertido en su centro político, administrativo y económico, razones por
las cuales concentra oficinas públicas y de gobierno, comandos de policía y
Octava Brigada, despachos judiciales, hospitales y clínicas de mediana y alta
complejidad, universidades, entidades financieras y las dos terceras partes de
la empresas del departamento, lo que origina dinámicas relaciones socioeconómicas entre Armenia y los municipios de La
Tebaida, Calarcá, Montenegro y Circasia.
Según el Conpes 3572 de 2009 sobre el Sistema estratégico de transporte
público de pasajeros para la ciudad de Armenia (Ciudades Amable), los
municipios citados y la capital aglutinaban el 85% de la población departamental
(445.491 habitantes), generando una gran movilidad poblacional que sumaba 174.800 viajes diarios de ida y regreso
entre estos y la ciudad de Armenia.
Las causas que motivan este desplazamiento de ciudadanos son conocidas
como hechos metropolitanos que pueden dar origen a la creación de áreas
metropolitanas (AM). Pero independiente de su existencia, lo esencial son las relaciones entre las personas que habitan un
territorio en las actividades de su diario vivir, lo otro es lo formal y normativo.
Esta movilidad ciudadana, que hoy puede llegar a 200.000 viajes diarios
entre La Tebaida, Calarcá, Montenegro y Circasia con Armenia, requiere especial atención de las
alcaldías involucradas con el fin de que se pongan de acuerdo para ordenar
los hechos metropolitanos que la origina, esto es: la búsqueda de empleo,
educación, salud, recreación, servicios financieros, transporte público,
seguridad y servicios públicos entre otros,
pues al ciudadano común y corriente poco le importa que el río Espejo en
Pantanillo sea el límite entre Armenia y Montenegro y que el paraje de Límites lo
sea entre Armenia y Circasia, que unos metros más allá del aeropuerto El Edén se
pise suelo de La Tebaida y que con solo pasar el puente de La María esté en predios
de Calarcá. ¡No!, para ellos es el
territorio que todos los días transitan en función de suplir sus necesidades sin
que les interese dónde empieza y termina un municipio.
Pero los gobiernos tienen limitaciones
para reconocer los hechos metropolitanos, pues unas son las prioridades políticas
y otras las realidades sociales y económicas de la población. Este
planteamiento ofrece una explicación sobre el porqué los gobernadores no ha
visto con agrado la creación de un área metropolitana, ya que en la lógica
política esto fortalecería a Armenia y a sus ciudades periféricas concentrando el
85% de los electores, debilidad que a su vez es vista como una oportunidad
política por los alcaldes de Armenia, al tiempo que los alcaldes de los
municipios periféricos creen que por pertenecer a un área metropolitana perderían
su autonomía con la capital.
Esta es una muestra de las restricciones políticas para ordenar los
hechos metropolitanos y hacerle la vida más fácil y amable a los ciudadanos,
pues mientras los unos piensan como conservar el poder político los otros hacen
200.000 viajes diarios construyendo relaciones sociales y económicas entre sí. ¿Cuándo será que se pondrá en el centro del
debate político el interés público?