Por: Armando Rodríguez Jaramillo ((Armenia - Quindío - Colombia) - 23 de octubre de 2014.
El Señor Director del DNP,
Simón Gaviria Muñoz, empezó exponiendo de forma poco convincente que estaban
formulando algo novedoso con base en las mejores experiencias internacionales, afirmando
que era la primera vez que se construía un plan desde las regiones y que nos
debemos preocupar más por los resultados que por las inversiones.
Luego mostró cifras y cifras sobre:
PIB, educación, salud, infancia,
servicios públicos, vivienda, pobreza, sector agropecuario, carreteras y aeropuerto,
Paisaje Cultural Cafetero, áreas protegidas, seguridad, desempeño fiscal y
otras cosas más.
También nos reveló lo que ya sabíamos: que podíamos tener un puerto seco
para lo que se firmaría un decreto que permitiera nacionalizar mercancías en La
Tebaida, que para superar el desempleo debíamos mejorar las capacidades
productivas y desarrollar el sector agropecuario, que estábamos en alto riesgo
por el cambio climático y por escasez de agua, etc. Incluso nos propuso una novedosa
sectorización para el desarrollo del departamento: una zona fría al norte, municipios
de cordillera y la zona baja. Al final anunció que la inversión de la nación en
el Quindío entre 2014 y 2018 oscilaría de 3 a 6 billones, cifra muy modesta
considerando que el presupuesto de la nación en los próximos cuatro años sumará
cerca de 900 billones de pesos.
Luego disertaron la gobernadora y alcaldesa de Armenia haciendo cada una
un balance de sus realizaciones, discursos que debieron dejar sorprendido a
Gaviria Muñoz por el desafecto evidente entre ellas y por lo poco que
necesitamos. Una y otra nombraron los proyectos que están en espera hace más de
20 años: el túnel; las dobles calzadas al Valle, al aeropuerto y a Calarcá; el
embalse de Navarco; la descontaminación de aguas; el tren; desarrollo vial y
cosas parecidas.
Al terminar la reunión me quede pensando sobre los resultados que
podríamos haber alcanzado si al menos por una vez la gobernadora y alcaldesa hubieran
declinado sus malquerencias y ojerizas en favor del interés común de los
quindianos, para presentar de forma conjunta al gobierno nacional los proyectos
de inversión que el Quindío necesita para su desarrollo en los próximos cuatro
años, así después volvieran a sus antipatías.