Un sábado con Simón

Por: Armando Rodríguez Jaramillo ((Armenia - Quindío - Colombia) - 23 de octubre de 2014.

Por iniciativa del Departamento Nacional de Planeación (DNP) se realizó en la Asamblea del Quindío el pasado 18 de octubre una reunión con el objeto de construir de forma participativa el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 del segundo gobierno Santos, la cual contó con una numerosa asistencia de funcionarios de las administraciones locales y entidades del estado, amén de un puñado de representantes de universidades, sector privado y organismos no gubernamentales.
La reunión tuvo el formato de todas las que se hacen al inicio de cada gobierno con el fin de construir el plan de desarrollo: se abre con un discurso sobre la situación actual, se mencionan necesidades de inversión, se pasa a un taller de prospectiva y se firma la asistencia para cumplir con el requisito aquel de la participación ciudadana.

El Señor Director del DNP, Simón Gaviria Muñoz, empezó exponiendo de forma poco convincente que estaban formulando algo novedoso con base en las mejores experiencias internacionales, afirmando que era la primera vez que se construía un plan desde las regiones y que nos debemos preocupar más por los resultados que por las inversiones.

Luego mostró cifras y cifras sobre: PIB, educación, salud, infancia, servicios públicos, vivienda, pobreza, sector agropecuario, carreteras y aeropuerto, Paisaje Cultural Cafetero, áreas protegidas, seguridad, desempeño fiscal y otras cosas más.

También nos reveló lo que ya sabíamos: que podíamos tener un puerto seco para lo que se firmaría un decreto que permitiera nacionalizar mercancías en La Tebaida, que para superar el desempleo debíamos mejorar las capacidades productivas y desarrollar el sector agropecuario, que estábamos en alto riesgo por el cambio climático y por escasez de agua, etc. Incluso nos propuso una novedosa sectorización para el desarrollo del departamento: una zona fría al norte, municipios de cordillera y la zona baja. Al final anunció que la inversión de la nación en el Quindío entre 2014 y 2018 oscilaría de 3 a 6 billones, cifra muy modesta considerando que el presupuesto de la nación en los próximos cuatro años sumará cerca de 900 billones de pesos.

Luego disertaron la gobernadora y alcaldesa de Armenia haciendo cada una un balance de sus realizaciones, discursos que debieron dejar sorprendido a Gaviria Muñoz por el desafecto evidente entre ellas y por lo poco que necesitamos. Una y otra nombraron los proyectos que están en espera hace más de 20 años: el túnel; las dobles calzadas al Valle, al aeropuerto y a Calarcá; el embalse de Navarco; la descontaminación de aguas; el tren; desarrollo vial y cosas parecidas.

Al terminar la reunión me quede pensando sobre los resultados que podríamos haber alcanzado si al menos por una vez la gobernadora y alcaldesa hubieran declinado sus malquerencias y ojerizas en favor del interés común de los quindianos, para presentar de forma conjunta al gobierno nacional los proyectos de inversión que el Quindío necesita para su desarrollo en los próximos cuatro años, así después volvieran a sus antipatías.