Armando Rodríguez Jaramillo (Armenia - Quindío - Colombia) - 02 de julio de 2014
Las estadísticas dicen que la red de carreteras del Quindío alcanza los 2.106,1 km[1] de longitud, de los cuales 121,6 km (5,8%) son vías nacionales a cargo de la Nación, 343,7 km (16,3%) son vías secundarias y 1.640,8 km (77,9%) son terciarias.
La vías secundarias son responsabilidad del departamento y de ellas
depende en grado sumo la comunicación
entre municipios y de estos con las troncales nacionales, soportando en buena
medida las actividades agropecuarias, agroindustriales y de turismo rural. Ejemplo
de estas vías son: Rio Verde - Córdoba, Filandia - Quimbaya, Arrayanal -
Salento, Montenegro - Pueblo Tapao y Barragán - Génova. Por su parte, la
red terciaria es compromiso de los municipios y facilita la comunicación veredal con las áreas urbanas siendo
vital para el transporte de insumos, productos agropecuarios y de la población
rural en general.
Lo anterior pone de manifiesto el gran esfuerzo que debe hacer la
administración departamental y las de los municipios por mantener y reparar estos
1.984,5 km de carreteras a lo largo y ancho del territorio, máxime si se tiene
en cuenta que el 27,2% y 92,3%
de las vías secundarias y terciarias respectivamente son caminos destapados, la
mayoría en mal estado.
Casi
todas estas carreteras se construyeron en
la segunda mitad del siglo pasado para la circulación de camperos y camionetas
pensando en las necesidades del cultivo del café. Luego, al final de los
ochenta, vino la crisis del café y apareció el turismo rural como alternativa
económica. Entonces se transformaron algunas haciendas cafeteras en hoteles y
alojamientos rurales, se construyeron parques temáticos y empezaron a ser
visitados masivamente municipios con atractivos paisajísticos y arquitectónicos.
Esto hizo que aquellas carreteras por
donde se transportaban bultos de café y racimos de plátano pasaran a soportar
un intenso tráfico de carros, busetas y buses con visitantes.
Posteriormente el Quindío fue reconocido como el primer destino rural en
Colombia.
Y
como era obvio, empezaron las dificultades para sostener un turismo en
crecimiento con vías limitadas en especificaciones técnicas que acusaban
deterioro. Hoy, los quinientos mil visitantes anuales que transitan por el
Quindío utilizan de alguna forma los 343,7 km de vías secundarias estrechas, con excesivas curvas, mal
señalizadas y llenas de baches; y sobre los 1.640,8 km de vías
terciarias en mal estado, muchas de ellas intransitables.
Es por esto que en temporada vacacional y puentes festivos,
y hasta en los fines de semana comunes y corrientes, se presentan trancones
vehiculares en las rutas a los parques temáticos como Panaca y Parque del Café,
y a municipios como Montenegro, Filandia y Salento. Y esto sin imaginarnos
siquiera la odisea que sería venir al
Quindío en un bus de turismo con especificaciones internacionales, de hecho ocuparía
el ancho de nuestras vías secundarias y no hallaría sitio donde voltear ni
parquear.
De ahí que es imperativo proyectar un nuevo plan
vial y de movilidad que consulte, de una parte, las necesidades de un turismo
que aspira a traer un millón y más visitantes por año y, de otro lado, el
desarrollo de agronegocios con plantas agroindustriales que transformen nuestras
materias primas y las de los territorios
vecinos. Esto sin dejar de prever las necesidades de movilidad de cientos de miles de personas que a
diario trabajan en Armenia y duermen en los municipios aledaños en una región
conurbada que avanza hacia la metropolización.
Resumiendo: necesitamos
recuperar el sistema de vías secundarias y terciarias que nos permita ser
competitivos. Si no somos capaces de afrontar este reto, llegará el día en
el que los turistas de Bogotá, Medellín
y Cali, y de cualquier parte, no van a venir a perder el tiempo atascados en
las obsoletas carreteras del Quindío, los agronegocios y la agroindustria buscarán
otros lugares donde establecerse y la movilidad entre Armenia y el resto de
municipios será tortuosa.
En pocas palabras, no podemos afrontar los desafíos del siglo XXI con carreteras del siglo
pasado.
[1] Carta
Estadística Quindío 2010 – Secretaría de Infraestructura y Plan Vial Regional
2012 – Ministerio del Transporte