
Una vez conformada la junta cívica departamental para el cincuentenario,
como manda la Ordenanza nro. 053 del 29 de noviembre de 2010, lo que realmente
importa es aportar ideas y propuestas, y contribuir a que la celebración se
organice de la mejor forma posible, con actitud positiva y sentimiento de
quindianidad por encima de todo.
Lo primero es ponernos de acuerdo para que la celebración de los
primeros cincuenta años del Quindío sea un propósito colectivo de los
quindianos de nacimiento y adopción, de los que vivimos aquí y de los que residen
en otras ciudades del país y del exterior. Y es que somos más de los 562.114
que dice el DANE en 2014, pues el último censo de población y vivienda
realizado en 2005 arrojó que había 98.043 coterráneos en otros países, esto sin
contar los que viven a lo largo y ancho del territorio nacional. Entonces no se
nos haga extraño que el número sobrepase los 900.000 paisanos.
Así las cosas, la junta cívica del cincuentenario debería darles cabida
a representantes de las colonias de quindianos allende las fronteras que bien podrían
participar de las reuniones a través de videoconferencias. Hay que atraer a
todos los nacidos en esta tierra, que se sientan parte de esta sociedad, tal
como se hizo cuando el “día de la quindianidad” (1984) en tiempos del
gobernador Lopera Gutiérrez o cuando el centenario de Armenia (1989) en la alcaldía
de Arias Vélez.
El cincuentenario debe ser motivo de unión como sociedad, debe generar
un pacto tácito de inclusión y un compromiso de mirar hacia el futuro con
optimismo aprovechando el talento humano y las bondades del territorio. De
nuestros dirigentes dependerá que sea una fecha que pase inadvertida con
celebraciones carnavalescas o que por el contrario constituya la oportunidad
para reafirma nuestra identidad y redefinir nuestro destino histórico.
Nuestro departamento es un crisol donde la cultura antioqueña se fundió
con cundiboyacenses, santandereanos, tolimenses, vallunos y caucanos, creando
un grupo humano único en un paisaje
excepcional que la Unesco reconoció como parte del Paisaje Cultural Cafetero.
Somos un pueblo con cultura, tradiciones e identidad que reclama su lugar en el
concierto nacional.
Quindío viene de “Quindiu” palabra recogida de los Quimbayas en el siglo XV por los historiadores de
Indias para nombrar por siempre a este territorio. Desde la colonización a mediamos del siglo XIX,
hemos venido construyendo nuestra propia identidad con múltiples
manifestaciones en las letras, la música, las artes, las ciencias, la cultura y
las formas de producción que nos ha imprimido una particular y única forma de
ver el mundo.
Es por esto que propongo que a partir de 2015 se enfatice en todos los
colegios del departamento la enseñanza comprensiva de nuestra historia e
identidad. El cincuentenario tiene que servir para reconocer el origen, reencontrar la identidad y apropiarnos de la
realidad que representa el ser quindiano. Si no lo sentimos así, las fiestas
serán fiestas y nada más.