Educación deficiente, sociedad atrasada

Hacia un modelo educativo para
el siglo XXI
Armando Rodríguez Jaramillo. Armenia, (Quindío, Colombia).
06 de febrero de 2014
Publicado en la revista “Tiempo de Actuar”. Publicación institucional de Actuar Famiempresa-Armenia, edición nro. 5 marzo de 2015

La medición de la competitividad regional nos permite conocer cómo van nuestras empresas en términos de productividad e innovación y si el territorio en el que se localizan se caracteriza por ser un entorno que favorece el crecimiento de las actividades productivas.

En consecuencia, la medición de la competitividad constituye un indicador de desarrollo económico, social e institucional de una región que permite reconocer patrones de especialización productiva, identificar las brechas de desarrollo respecto a otras regiones, examinar las fortalezas y debilidades, orientar el diseño de políticas públicas y estimular decisiones de inversión.

En este sentido, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)  ha publicado en los años 2000, 2004, 2006, 2009 y 2012 el “Escalafón de la competitividad de los departamento en Colombia”, serie que constituye la más completa información con que cuenta el país sobre este tipo de indicadores. La CEPAL elabora el escalafón promediando cinco factores de competitividad: (a) fortaleza de la economía, (b) capital humano, (c) infraestructura, (d) ciencia y tecnología y (e) gestión y finanzas públicas.

En el susodicho escalafón el departamento del Quindío ha oscilado entre los niveles alto y medio alto, siempre por debajo de Bogotá, Antioquia, Valle, Atlántico, Santander, Caldas y Risaralda. Ahora bien, al observar en cuál de los factores de competitividad registramos el peor desempeño, encontramos que es ciencia y tecnología, factor éste que se ubicó, en el último informe, en el nivel bajo de la tabla.

De otra parte, el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario presentaron el “Índice Departamental de Competitividad 2013” que clasifica al Quindío en el puesto décimo entre veintidós departamentos. Sin embargo, al observar los factores en los que se tienen desempeños deficientes nos encontramos que la brecha más grandes con otros departamentos la tenemos en la educación básica y media, que estamos rezagados en cobertura preescolar y primaria, y que somos uno de los departamentos con mayor deserción escolar. Y como si fuera poco, el departamento ocupa el penúltimo puesto en lo que respecta a la brecha de calidad entre colegios públicos y privados.

Estas dos mediciones, el “Escalafón de la competitividad de los departamento en Colombia” y el  “Índice Departamental de Competitividad 2013”, realizados por entidades diferentes y con metodología disímiles, concluyen que el Quindío, en el concierto nacional, presenta marcadas deficiencias en su sistema educativo y en la apropiación de la ciencia, tecnología e innovación. Es obvio que si nuestros estudiantes salen mal preparados difícilmente tendremos buenos profesionales y posgraduados para laborar en un mundo altamente competitivo ni tampoco dispondremos de la suficiente masa crítica para hacer investigación e innovación.

La dirigencia pública y privada de esta sociedad debe enfrentar de una vez por todas con decisión y responsabilidad generacional un cambio radical de nuestro sistema educativo. No es posible pretender avanzar si no formamos profesores, si la contratación de docentes y el manejo de la educación están permeados por la politiquería, si a los estudiantes de los colegios públicos los condenamos a una formación defectuosa, si toleramos que haya analfabetismo, si presentamos alta deserción escolar, si nuestro jóvenes profesionales se tienen que ir a buscar futuro allende las fronteras y si no le apostamos a la ciencia, tecnología e innovación para solucionar los problemas de la sociedad y del sector productivo.

Ahí están las mediciones sobre la competitividad del departamento hechas por la CEPAL y el Consejo Privado de Competitividad que nos dicen que en educación y en I+D+i estamos rezagados y tenemos una tarea monumental por hacer. De nosotros los quindianos depende si la enfrentamos o seguimos como vamos.