El editorial del diario La Crónica del pasado 13 de abril, Quindío y el Pacífico , me trajo a la memoria el artículo que publiqué en Quindíopolis intitulado El futuro del Quindío no está en el Eje Cafetero , donde expresé opiniones similares y del que cito el siguiente aparte: “[…] la historia da cuenta de una rivalidad evidente entre departamentos hermanos (Caldas, Quindío y Risaralda) que no ha permitido que fructifique la integración. Así que unos son los denominadores comunes […] y otras las tensiones al interior del Eje Cafetero…
Pensando en el Departamento recopilé información estadística que me permitiera un diagnóstico sucinto. Encontré, por ejemplo: que la tasa de desocupación de Armenia en febrero fue de 15,1% y la del Quindío en 2016 de 13,9%; que en 2015 en Armenia la pobreza fue de 26,2, el índice de Gini 0,458, el PIB per cápita de los quindianos alcanzó $10.946.207 y las exportaciones de US$312,5 (97,7% correspondió a café verde); que en 2016 el indicador de competitividad nos ubicó en el puesto 11 y que la producción agrícola se centra en café, plátano y …
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